En el 2004, una red social emergió desde los pasillos de Harvard y revolucionó el modo en que interactuamos en el mundo digital. Mark Zuckerberg, el cerebro detrás de Facebook, no estuvo solo en esta aventura. Un profesor sudamericano fue fundamental para que este proyecto tomara forma. Como parte de su agradecimiento, el empresario estadounidense lo llamó héroe en su perfil de Facebook.
Este docente, quien enseñaba biología molecular en Harvard, se convirtió en una figura esencial para el lanzamiento de Facebook. Mientras Zuckerberg buscaba el apoyo necesario para usar los servidores de la universidad, encontró en su profesor el respaldo académico que necesitaba. Este artículo explora cómo este profesional desempeñó un papel crucial en los inicios de una de las plataformas más influyentes del mundo.
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Estanislao Bachrach es un biólogo molecular argentino que impartía clases en la Universidad de Harvard. Nacido en Buenos Aires, Bachrach era jefe de trabajos prácticos y dirigía un laboratorio de genética para 40 alumnos. Entre estos alumnos se encontraba Mark Zuckerberg, quien más tarde revolucionaría el mundo con Facebook. El profesor sudamericano impartía conocimientos científicos, pero también se convirtió en un mentor esencial para el joven programador.
Bachrach recuerda las largas noches conversando con Zuckerberg sobre el proyecto de la red social. El empresario, con permiso del rector de Harvard, necesitaba utilizar los servidores de la universidad para desarrollar su red. Sin embargo, esta solicitud venía con una condición: debía contar con el respaldo de un profesor. Bachrach decidió apoyar a Zuckerberg al confiar en el potencial que tenía el proyecto, aunque este inicialmente era una red limitada a los estudiantes de Harvard.
El reconocimiento de Zuckerberg hacia Bachrach fue inmediato y significativo. Desde el primer momento, Zuckerberg valoró el apoyo y la visión del profesor argentino. Para honrar su contribución, Zuckerberg creó un grupo en Facebook llamado Stany Bachrach is my hero (Estanislao Bachrach es mi héroe). Este gesto demuestra la gratitud y el respeto que Zuckerberg tenía por su mentor.
Sin embargo, Bachrach siempre ha mantenido una postura humilde sobre su papel en la creación de Facebook. “No soy ningún héroe, básicamente fui un boludo que se metió en esta locura de un alumno con mucha iniciativa. Y por suerte salió bien”, comenta. Su visión contrasta con el impacto fundamental que tuvo su apoyo en el nacimiento de la red social.
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El apoyo de Estanislao Bachrach fue crucial para que Zuckerberg pudiera usar los recursos de Harvard para desarrollar Facebook. Al ser un docente respetado, Bachrach avaló el proyecto ante las autoridades universitarias. De esa forma permitió que Zuckerberg tuviera acceso a los servidores necesarios. Este apoyo fue vital en las etapas iniciales del desarrollo de Facebook, cuando era una intranet limitada a los estudiantes de Harvard.
Bachrach veía el potencial del proyecto desde sus primeras conversaciones con Zuckerberg. “Le vi potencial y acepté la invitación (...). Era fácil imaginarse lo que sucedería si más personas se iban sumando (…). No tenía techo”, aseguró el profesor. Su intuición validó la viabilidad técnica del proyecto y le ofreció a Zuckerberg la confianza necesaria para seguir adelante con su visión.
Estanislao Bachrach era un biólogo molecular en la Universidad de Harvard. Foto: El País
Después de su colaboración con Zuckerberg, Estanislao Bachrach continuó con su carrera académica y profesional. Hoy, el argentino es autor de varios bestsellers y ofrece conferencias a nivel mundial. A pesar de su impacto en el surgimiento de Facebook, Bachrach nunca volvió a ver a Zuckerberg, ya que este último dejó Harvard poco después de lanzar su proyecto.
De acuerdo con el medio TN, el profesor recuerda cómo, años después, mencionaba Facebook a sus amigos en Argentina, quienes aún desconocían la red social. “A los pocos meses, cuando vine a Buenos Aires, consulté a mis amigos si tenían Facebook. Ellos me preguntaban qué era eso, porque ni lo conocían (…). Faltaban unos años para que la red explotara mundialmente”, rememora Bachrach. Su vida siguió adelante, siempre ligado a la educación y la ciencia, mientras Facebook crecía exponencialmente hasta convertirse en la red social global que es hoy.