En todo el sureste de Estados Unidos, todas las alertas han sido actualizadas para advertir a las personas acerca de un posible congelamiento. Esta información proviene de las oficinas del Servicio Meteorológico Nacional ( conocido como NWS, por sus siglas en inglés) y abarcará desde el estado de Texas hasta el estado de Carolina del Norte y podría afectar hasta casi 25 millones de ciudadanos.
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En el sureste del país de Estados Unidos, se esperan temperaturas por debajo de lo normal. En los estados de Atlanta, Charlotte y Birmingham, Alabama, se pronostica que las temperaturas descenderán a -6 y -1 grados centígrados, lo que representa una amenaza para los cultivos.
"Las heladas y las condiciones de congelación matarán los cultivos y otros tipos de vegetación sensible, y posiblemente dañarán las tuberías exteriores desprotegidas", asegura la oficina del NWS de Peachtree City, Georgia.
Para proteger las plantas, una opción efectiva es guardarlas en el interior del hogar. En caso contrario, cubrirlas con materiales adecuados podría ser una solución válida. Sin embargo, la recuperación de una cosecha dañada por el congelamiento puede ser un proceso muy complicado para los agricultores.
El invierno en Estados Unidos puede ser la estación más larga en algunos estados. Foto: Turismo EE.UU.
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Los agricultores necesitan usar lonas, sistemas de irrigación e incluso enormes ventiladores para cubrir sus cultivos y reducir al mínimo posible el daño causado por el congelamiento.
Se espera que la ola de frío provoque que ciudades de las zonas Oeste Medio, Sur y Costa Este registren temperaturas más bajas en enero y febrero.
Las temperaturas bajas pueden aumentar el riesgo de complicaciones en la salud, ya que disminuyen las defensas del cuerpo y pueden desencadenar diversas enfermedades respiratorias, como gripe, resfriados, bronquitis, pulmonía. Además, el frío puede agravar enfermedades cardiovasculares, ya que el cuerpo debe esforzarse más para mitigar el frío.
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Un consejo útil para poder protegerse de las bajas temperaturas es vestir con ropa adecuada. Para ello, se recomienda usar varias capas de ropa para poder retener el calor entre ellas. Además, es importante usar gorros, guantes y bufandas para mantener abrigadas las extremidades.
Si bien los pulmones trabajan para entibiar y humidificar el aire frío que ingresa a nuestro organismo, respirar aire frío y seco puede causar inflamación pulmonar e inhibir la circulación, lo que aumentaría las probabilidades de desarrollar problemas respiratorios, como es el asma.