El Día de la Mujer es un momento para revisar los avances en la lucha por la equidad de género. En distintas partes del mundo, esta fecha se ha convertido en un feriado en el que no trabajan miles de personas, un acto de reconocimiento a las contribuciones femeninas. Sin embargo, las realidades varían ampliamente. En algunos países, el día se celebra con tiempo libre para las mujeres, mientras que en otros las actividades se centran en la protesta y la concientización.
La conmemoración del Día de la Mujer surgió de las luchas laborales y sociales a principios del siglo XX. En esta época se ha convertido en una jornada para reflexionar sobre los avances y los numerosos desafíos pendientes. A pesar de los progresos, la equidad de género aún parece un horizonte lejano en muchos contextos, especialmente en términos económicos y sociales.
El 8 de marzo, diversos países reconocen el esfuerzo y la lucha de las mujeres con diferentes tradiciones. Países como Cuba, Rusia y Vietnam declaran este día como feriado oficial y demuestran un reconocimiento estatal a la importancia de la fecha. En otros territorios, las celebraciones incluyen marchas, eventos culturales y campañas de sensibilización, enfocándose en la educación y el empoderamiento femenino.
En estos países, el Día de la Mujer es declarado feriado para todos y todas:
En estos países, las mujeres no tienen que acudir a su centro de labores, sea de manera parcial o total:
El 8 de marzo en muchos países las mujeres salen a las calles a exigir equidad de género. Foto: Jordi Cotrina
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En Estados Unidos, el Día de la Mujer es un día de trabajo normal. Pero se conmemora de diversas maneras. Por ejemplo, desde el año 2007, el Departamento de Estado entrega el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje, el cual "rinde homenaje a mujeres de todo el mundo que han demostrado un valor, una fuerza y un liderazgo excepcionales a menudo con gran sacrificio".
La inversión en las mujeres y la promoción de la equidad de género no solo son actos de justicia social, sino también medidas estratégicas para el desarrollo sostenible. Cerrar la brecha de género en el empleo podría impulsar significativamente el PBI per cápita. Es esencial que los Gobiernos y organizaciones incrementen la financiación en programas que fomenten la igualdad y que aborden desde la educación hasta la participación económica.