En Estados Unidos, una joven médica se negó a ceder su asiento de primera clase a un niño en un avión, con el fin de viajar junto a sus padres, que se encontraban en la misma área. La doctora justificó su decisión diciendo que la familia debió tomar sus propias precauciones para que el menor de 13 años no se siente solo con otras personas en la clase turista. Este hecho generó todo un debate en redes sociales.
La joven compartió su experiencia en su cuenta de TikTok (@lifewithdrsab). “Eso es un no de mi parte, amigo. ¿Habrías cedido tu asiento? También terminaron encontrando una solución, así que no, no soy un ser humano terrible. Además, el niño tenía como 13 años”, contó la médica en su video.
PUEDES VER: La frontera más pequeña del mundo que une 2 continentes: fue creada por un terremoto en 1930
La joven, identificada como Sabra, dijo que no estaba dispuesta a ceder el asiento, ya que había pagado un billete de avión más caro de lo usual para viajar en primera clase, por lo que no era justo pasarse a una categoría menor.
Mientras tanto, la joven recibió apoyo en las redes sociales, incluso en su video se pueden leer los comentarios positivos y algunos aseguraron que tampoco hubieran cedido sus asientos de categoría. "Como madre, estoy de tu lado. Si querían sentarse juntos, deberían haberse asegurado de que los asientos estuvieran juntos”, “¿Por qué su primer instinto no es simplemente cambiar al niño con uno de sus padres para que pueda estar con un tutor?”, “Lo peor es que el niño suele tener unos 12 años y es perfectamente capaz de estar solo durante el vuelo” o “¡No! ¡Querían sentarse juntos, deberían haberlo reservado de esa manera!”, fueron algunas reacciones de los usuarios.
PUEDES VER: Conoce al único aeropuerto del mundo donde puedes aterrizar en 3 países diferentes a la misma vez
En Nueva Zelanda, un hombre se negó a ceder sus asientos mejorados a una pareja de ancianos en un vuelo de 12 horas hacia Los Ángeles, Estados Unidos. La situación provocó un debate en internet luego de que el joven compartiera su historia en redes sociales. Algunos se mostraron a favor del pasajero y otros criticaron la actitud que tuvo ante el pedido de los ciudadanos de la tercera edad.
"Reservamos y pagamos nuestros vuelos y agregué los asientos económicos premium, ya que mido 1,95 metros y quería el espacio adicional para las piernas. Cuesta 60 dólares adicionales", narró el joven que viajaba con su novia.
El usuario explicó a los ciudadanos de la tercera edad que había pagado más por los asientos y que se mudaran a los suyos. La azafata se puso del lado del viajero y solicitó a la pareja de ancianos ir a sus lugares.
“Obtuve algunos ojos hediondos de otras personas en el vuelo. Pagué por el espacio adicional para las piernas y lo necesito”, se quejó el usuario, quien finalmente no cedió sus asientos y se quedó en los espacios que había pagado.