En medio del boom inmobiliario en China, se llevó a cabo un megaproyecto que costó US$100.000 millones a manos del mayor desarrollador inmobiliario chino, Country Garden. Lo que en un inicio se había planeado sería una metrópolis ecológica, pero ocho años después terminó convirtiéndose en un recordatorio de lo que puede causar la crisis inmobiliaria en el país asiático.
La obra aún no ha sido culminada, pero ya representa una deuda cercana a los US$200.000 millones para Country Garden. Foto: Al Jazeera
PUEDES VER: ¿Cuáles son los 3 edificios más altos de Sudamérica? El primero duplica al más grande de Perú
Forest City se anunció en 2016 como "un paraíso soñado para toda la humanidad", que buscaba convertirse en una metrópolis ecológica que llegaría a hospedar a casi un millón de personas. La iniciativa inmobiliaria buscaba dar la oportunidad de contar con una casa a las afueras de China.
Sin embargo, el elevado precio de las viviendas y la ubicación aislada de la nueva ciudad —lejos de la gran ciudad más cercana, Johor Bahru— terminaron por desanimar a los posibles compradores e inquilinos, permitiendo que nazca y se instaure el apodo de "ciudad fantasma".
Este tipo de decepciones están presentes a lo largo de China, donde el mercado inmobiliario se encuentra en crisis. En este caso, la construcción de esta ciudad se vio afectada luego de que en el 2021 el líder Xi Jinping impusiera límites en busca de evitar que se formara una burbuja inmobiliaria.
PUEDES VER: Los 3 países con la mejor educación de Latinoamérica, según prueba PISA: superan a Argentina y Brasil
Hasta el momento, solo se ha construido el 15% del proyecto y, según estimaciones recientes, apenas el 1% de toda la ciudad está ocupada. Country Garden declaró a la BBC que es "optimista" respecto a la finalización del proyecto a pesar de tener una deuda cercana a los US$200.000 millones.
Según Nazmi Hanafiah, un exhabitante de Forest City, seis meses le fueron suficientes para entender que no quería seguir viviendo en una "ciudad fantasma". "No me importaba el depósito, no me importaba el dinero, solo quería irme", contó para el medio BBC.
"Para ser sincero, da miedo", dice Nazmi. "Tenía muchas expectativas puestas en este lugar, pero ha sido una experiencia muy mala. Aquí no hay nada que hacer". Por su parte, Joanne Kaur, actual residente del lugar, se sumó a las declaraciones de Hanafiah para indicar que "este lugar es escalofriante".