Sara Gómez Armas. EFE
“Nuestra responsabilidad ahora es entrar en Gaza, ir a los lugares donde Hamás se está preparando, actuando, planificando y lanzando para atacarlos en todas partes, a cada comandante, a cada operativo, destruir toda su infraestructura”, aseveró el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi.
“En una palabra, ganar”, añadió durante una visita a las tropas, que están preparándose para una ofensiva terrestre a gran escala en la Franja, que sería inminente.
Allí, se apreciaba una acumulación aún mayor de batallones: centenares de tanques y vehículos militares están apostados en amplias explanadas cerca de la frontera con el norte de Gaza, por donde se prevé que irrumpan las tropas israelíes.
PUEDES VER: Eran Yuvan: “Nuestra guerra no es contra las personas en Gaza, es contra los terroristas de Hamás”
A la espera de esa incursión terrestre, Israel sigue bombardeando indiscriminadamente toda la Franja, no hay rutas seguras para desplazarse y los hospitales están colapsados. En la ciudad de Gaza, donde las morgues no dan para más, hoy se comenzó a enterrar a los muertos en fosas comunes.
Éxodo. Una familia huye de Gaza con pocas pertenencias. Foto: EFE
En nueve días de guerra, los muertos en la Franja superan los 2.670, la cifra más alta en la historia del enclave —que ya cuenta más muertos que en la contienda del 2014, que duró 55 días—, y los heridos suman 9.600.
En la zona sur, cientos de miles de evacuados sufren una grave escasez de agua y comida. Tan solo la mitad de los llamados a evacuarse de la parte norte lo han hecho, ya que la situación en el sur tampoco es mucho mejor. Los reclamos para abrir corredores humanitarios, evacuar gazatíes hacia Egipto o introducir ayuda humanitaria y combustible para alimentar la planta eléctrica y, sobre todo, las desaladoras de agua han sido rechazados por alguna de las partes implicadas: bien sea Israel, el grupo islamista Hamás que controla la Franja o el Gobierno egipcio.
Mientras llega la ofensiva terrestre, Israel siguió bombardeando intensamente todo el enclave palestino, donde mató en la madrugada a Bilal al Kedra, un comandante de las Brigadas Al Qassam, brazo armado de Hamás, que habría liderado un ataque contra un kibutz el sábado de la semana pasada, cuando se acometió la brutal agresión que ha dejado 1.400 muertos en Israel, la peor matanza de su historia.
“Esta es una guerra de la luz contra la oscuridad. No nos quedaremos sentados en silencio mientras ellos (Hamás) matan o secuestran a civiles, niños y mujeres israelíes. Llegaremos a toda la infraestructura terrorista, a los túneles y a los terroristas de Hamás y no consideraremos completa la misión hasta que ellos sean destruidos”, afirmó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Israel está evacuando la poca población que queda en la zona del sur del país, colindante a la Franja, en los preparativos a la incursión terrestre. Hoy ordenó la reubicación de toda la ciudad de Sderot, la más próxima al enclave y una de las más afectadas por el ataque de Hamás.
Carros de combate. Israel movilizó cientos de tanques y blindados para invadir Gaza. Foto: EFE
El Estado Mayor está estudiando con minuciosidad el momento de la incursión terrestre, en gran medida porque hay entre 120 y 200 rehenes dentro de Gaza en manos de Hamás. Hasta ahora, Israel ha notificado la identidad de secuestrados a 126 familias, aunque algunas tienen varios miembros cautivos. Al menos 26 rehenes han muerto por los bombardeos israelíes desde que empezó la guerra.