Commander, el pastor alemán de 2 años cuyos dueños son el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill Biden; tuvo que ser expulsado de la Casa Blanca tras múltiples reportes de que el can mordió a varios agentes del Servicio Secreto. Aunque se han reconocido 11 de estos incidentes desde su arribo a la sede de Gobierno en diciembre de 2021, de acuerdo con CNN, estos habrían sido más.
A través de un comunicado, un representante de la primera dama anunció que tanto ella como su esposo "están muy comprometidos con la seguridad de todo el personal de la Casa Blanca y de los que los protegen todos los días", por lo que se encuentran evaluando próximas decisiones en torno a la mascota presidencial.
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Aunque no se especificó dónde se encuentra ahora el perro, este podría hallarse en un nuevo proceso de entrenamiento para controlar sus actitudes, tal y como los Biden estaban contemplando el último julio. La preocupación en torno a la gravedad del asunto surge debido a que algunos de los ataques del can han requerido desde tratamiento hospitalario hasta atención de la Unidad Médica de la Casa Blanca.
Commander llegó a la residencia presidencial en diciembre de 2021. Fue un regalo que recibió el mandatario de parte de su familia meses después de la muerte de Champ, un pastor alemán que acompañó a la pareja durante 13 años.
Commander fue un regalo para la pareja presidencial tras la muerte de su mascota Champ. Foto: AFP
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Esta no es la primera vez que una de las mascotas de los Biden se mete en problemas, ya que, en 2021, su can Major también fue enviada a adiestramiento en Delaware luego de morder al menos a un empleado de la Casa Blanca.
Ante este tipo de situaciones, Elizabeth Alexander, portavoz de Jill Biden, señaló que la residencia presidencial puede ser "un ambiente muy tenso para las mascotas familiares" debido al entorno lleno de personas desconocidas para ellas —que entran y salen—, actos, reuniones, visitantes y controles.