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Opinión

La democracia al estilo chino contribuye a crear una nueva forma de civilización humana

"Frente a los riesgos y desafíos cada vez mayores, la paz y el desarrollo se han convertido en el llamado común de toda la humanidad. Todos los países deben dejar de lado las disputas ideológicas, superar las diferencias en los sistemas políticos, buscar la paz y promover el desarrollo".

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Embajador de China en Perú, Song Yang. Foto: difusión

Por Song Yang, embajador de China en el Perú

Hace poco, las 'Dos sesiones' anuales de China (Asamblea Popular Nacional y Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino) concluyeron con éxito en Beijing. Los 2.977 representantes del máximo órgano legislativo, que representan a 1.400 millones de chinos, escogieron a los líderes estatales. Xi Jinping fue reelegido por unanimidad presidente del país y de la Comisión Militar Central.

Como un evento importante en la vida política de China, las 'Dos sesiones' son una forma concreta de la democracia al estilo chino y una práctica vívida de esta forma de gobierno popular de proceso completo, que se refiere a la implementación de elecciones, consultas, toma de decisiones, gestión y supervisión democráticas de conformidad con la ley, para que todos los eslabones y aspectos de la vida política y social del país reflejen la voluntad y la voz del pueblo.

La democracia es una forma política formada después de miles de años de exploración en la sociedad humana. Es un valor común de toda la humanidad y un concepto importante al que el Partido Comunista de China (el PCCh) y el pueblo chino siempre se han adherido.

La verdadera democracia no se trata de consignas políticas insubstanciales ni promesas vacías ni alimentarse con la ilusión, sino considerar al pueblo como el centro, implementar su esencia en todos los aspectos de la vida política y social, y transformarla en arreglos institucionales y medidas prácticas factibles.

La democracia de un país funciona o no, depende de si su pueblo está satisfecho. Desde su establecimiento, el PCCh determinó como aspiración fundacional y misión suya la búsqueda de la felicidad del pueblo chino y la consecución de la revitalización de la nación.

Enarbolando la bandera de democracia popular, el PCCh lideró al pueblo a lograr la independencia nacional y la liberación popular, salir de la pobreza y el atraso, además de conseguir la prosperidad. Así, la ciudadanía china se ha convertido en la dueña verdadera del país, de la sociedad y de su propio destino.

Las encuestas realizadas por la reconocida agencia global de comunicación Edelman y universidades prestigiosas como Harvard, York y Johns Hopkins muestran que la confianza y satisfacción del pueblo chino con el Gobierno está por encima del 90% durante muchos años. Esta cifra es insuperable en el mundo y nada fácil de lograr.

Para realizar esta forma de gobierno, hay muchas maneras. Lo más importante es que se adapten a sus propias condiciones nacionales. Imponer una sola en todo el mundo y negar ciegamente otras es antidemocrático en sí mismo. La democracia al estilo chino, creada por China mediante la exploración independiente, ha permitido que más de 1.400 millones de ciudadanos de la nación, que representan casi una quinta parte de la población mundial, sean los verdaderos dueños del país y disfruten de plenos derechos y libertades.

Asimismo, ha promovido el desarrollo nacional, el progreso social y el bienestar del pueblo. Bajo el liderazgo del PCCh y la protección de la democracia al estilo chino, 850 millones de ciudadanos han salido de la pobreza y ha sido erradicada la pobreza extrema por completo. China ha establecido los sistemas de seguridad social y de educación obligatoria más grandes del mundo, avanzando hacia la prosperidad común de todo la sociedad.


Aun así, China nunca busca exportar su modelo de desarrollo y democracia, respetando el derecho de los pueblos de todos los países a elegir independientemente su propio camino de progreso y abogando para que toda nación aprecie no solo su propia cultura, sino también la de las demás en la búsqueda de la prosperidad común de las civilizaciones humanas.

Últimamente, el presidente Xi Jinping planteó la Iniciativa de Civilización Global. Esta propone el respeto por la diversidad de civilizaciones en el mundo, la adhesión a la igualdad, el aprendizaje mutuo, el diálogo y la tolerancia; y trascender las barreras culturales con los intercambios, superar los conflictos con el aprendizaje mutuo y vencer el sentido de la superioridad de estas con la tolerancia.

Además, esta propuesta aboga por la promoción de los valores comunes de toda la humanidad. La paz, el desarrollo, la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad son el anhelo común de todos los pueblos.

Hay que entender la connotación de valores de diferentes civilizaciones con una mente amplia, no imponer los propios modelos a los demás y no perseguir la confrontación ideológica. Esta propuesta es otro producto público importante proporcionado por China a la comunidad internacional, después de las iniciativas La Franja y la Ruta, para el Desarrollo Global y para la Seguridad Global, demostrando la sinceridad y buena voluntad de la nación china en los intercambios y cooperaciones con el exterior.

En la actualidad, los cambios del mundo, de los tiempos y de la historia se están desarrollando de manera sin precedentes, y los seres humanos se encuentran una vez más en la encrucijada de la historia. Frente a los riesgos y desafíos cada vez mayores, la paz y el desarrollo se han convertido en el llamado común de toda la humanidad. Todos los países deben dejar de lado las disputas ideológicas, superar las diferencias en los sistemas políticos, buscar la paz y promover el desarrollo.

China está dispuesta a trabajar con todos los países del planeta, incluido el Perú, para promover los valores comunes de toda la humanidad, enriquecer y desarrollar la civilización humana y construir conjuntamente una comunidad de futuro compartido para los seres humanos, a fin de generar mayores beneficios para el pueblo del mundo.