Como era de esperarse, los ojos del mundo están puestos en el Mundial de Qatar 2022, un evento que le ha servido a la selección iraní para protestar contra la represión que se vive en su país tras la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que en septiembre fue detenida y maltratada por la Policía, por no respetar el código de vestimenta.
Su muerte, acompañado de la violencia a la que fue sometida y las reacciones del gobierno iraní, ha desatado las protestas de gran parte de la población. Esto impulsó al equipo de fútbol a ser la voz del pueblo iraní contra los abusos cometidos por el régimen.
El entrenador de Irán, Carlos Queiroz, aseguró que sus jugadores “eran libres” de protestar si querían y así lo hicieron antes del choque contra Inglaterra. Mientras los jugadores no cantaban su himno, los hinchas iraníes respondieron con aplausos y vítores a sus futbolistas.
Una ola de protestas ha sacudido a Irán durante los últimos 2 meses en más de 40 ciudades, incluida la capital, Teherán, con al menos 416 muertos, entre ellos 51 niños, tras los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, según la organización Human Rights (IHR).
Asimismo, más de 10.000 personas han sido detenidas. Entre ellas se encuentran 60 periodistas, el futbolista Voria Ghafouri, quien fue capturado tras terminar un entrenamiento con su actual club, el famoso rapero Toomaj Salehi, que afronta pena de muerte por apoyar las protestas contra el régimen, y la activista Farideh Moradkhani, sobrina del líder supremo, el ayatolá Alí Khamenei.
Mahsa Amini tenía 22 años y era de una provincia kurda en el oeste de Irán. El 14 de septiembre viajaba junto a su familia rumbo a Teherán, cuando, de pronto, fue detenida por la “agencia de seguridad moral” del régimen. ¿La razón? Los policías alegaron que llevaba mal puesto el velo y que, además, vestía unos pantalones demasiado apretados. La golpearon contra el vehículo policial y después se la llevaron.
Iban a conducirla a “clases de reeducación islámica”, dijeron que era un trámite obligatorio para aquellos que, según el estado, se desvían demasiado de las normas morales establecidas. Dos días después falleció en un hospital por las agresiones recibidas. Aunque eso sí, las autoridades alegaron que Mahsa tenía enfermedades previas, como epilepsia, diabetes y un tumor en la cabeza del que fue operada cuando era niña.
Sus padres niegan esa información e insisten en las evidencias: su hija estaba sana y fue cruelmente asesinada a golpes por el régimen iraní el pasado 16 de septiembre. Desde esa fecha, los ciudadanos de todos los estratos sociales han manifestado su rabia e indignación en las calles.
Mahsa Amini murió el 16 de septiembre tras ser detenida por la Policía. Foto: Familia de Mahsa Amini
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Las movilizaciones multitudinarias que comenzaron por la muerte de la joven kurda, han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatola Ruholá Jomeiní en 1979.
Por su parte, el gobierno iraní ha culpado en repetidas ocasiones a Estados Unidos, Israel, Alemania y Francia de las movilizaciones.
Numerosos famosos o celebridades han mostrado su apoyo a las manifestaciones en las que se grita “mujer, vida, libertad”, para descontento de las autoridades que temen su capacidad para influir, amplificar mensajes o movilizar a la población.
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El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, restó importancia a las protestas por la muerte de una joven tras ser detenida por llevar mal el velo, asegurando que son algo “normal” y que en el país hay libertad para expresar cualquier opinión, pero dejando claro que no se permitirá el “vandalismo”, y añadió que su país es víctima de un doble rasero.
“Cuando estos incidentes ocurren en todo el mundo, hay que aplicarles el mismo rasero. Pedir que se investigue solo este asunto… ¿Por qué no pedir exactamente lo mismo para quienes pierden la vida a manos de las fuerzas del orden y otros agentes en todo Occidente, Europa, Norteamérica, Estados Unidos de América? Los que sufren palizas injustas, ¿por qué no hay investigaciones que las sigan?”, finalizó el mandatario.
Ebrahim Raisi resta importancia a las violentas protestas en Irán. Foto: Euronews
Miles de mujeres han dejado de usar el velo en las calles de Teherán en los últimos 2 meses, en un gesto de desafío inaudito e impensable contra República Islámica hace solo unas semanas.
Con información de EFE, AFP y Europa Press