Gary Michael Heidnik, nació el 22 de noviembre de 1943, en la localidad de Eastlake, Ohio, Estados Unidos. Cuando apenas tenía tres años, sus padres se divorciaron, y pasó a vivir con su madre hasta 1950, dado que tenía problemas con el alcohol.
Debido a ello, se fue a vivir con su padre, pero la relación no fue buena, pues Heidnik sufría micciones nocturnas, lo cual provocaba la ira del hombre, quien constantemente lo maltrataba física y psicológicamente.
Tampoco encontró refugio en la escuela, ya que era extremadamente tímido, por lo que se le hacía difícil hacer amigos. Ya con 14 años, su padre lo envió a una academia militar, y regresó al colegio dos años después, pero no duraría mucho, puesto que se enlistó en el ejército voluntariamente a los 17 años.
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A pesar de tener un certificado intachable y una culminación honorífica en su formación como médico militar en Texas, durante trece meses de entrenamiento, el joven Heidnik pasó por varios psiquiatras e incluso intentó suicidarse en 13 oportunidades.
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En octubre de 1971, Heidnik encontró algo de paz al fundar su propia congregación religiosa, la Iglesia Unida de los Ministros de Dios, donde se dedicaba a predicar. Incluso llegó a ser llamado como el ‘obispo de las hamburguesas’ a causa de que repartía este tipo de comida a los presentes una vez terminaba de brindar sus sermones.
Además, mostraba simpatía y carisma, con lo que consiguió atraer a hombres y, sobre todo, a mujeres que pudieran seguir a su iglesia. Una de las fieles fue Anjeanette Davidson, con quien Heidnik tuvo una relación sentimental y un hijo, luego de dos años.
Sin embargo, en marzo de 1978, el falso predicador fue arrestado por la Policía luego de secuestrar, violar, y torturar a la hermana de su novia, a la que retiró sin permiso del instituto psiquiátrico local para encerrarla en el sótano de su casa a lo largo de 10 días.
Cuando las autoridades recurrieron al lugar de los hechos, hallaron a la mujer aterrada y empapada de sangre. Tras ello, Heidnik fue llevado a una institución mental por tres años al ser acusado de secuestro, privación de la libertad, violación e interferir en la custodia de una persona interna.
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Debido a su buen comportamiento y a ese silencio sepulcral con la que las autoridades describieron a Heidnik, el fariseo salió en libertad. Una vez libre, adquirió una casa, un auto Rolls-Royce, un Cadillac, y se registró en una agencia matrimonial para buscar pareja.
Allí conoció a Betty Disto, una filipina que recién llegaba a Estados Unidos y con quien se casó en octubre de 1985; sin embargo, el agresivo comportamiento de Heidnik nuevamente salió a la luz, ya que abusó de ella en reiteradas ocasiones.
El matrimonio terminó en enero de 1986, pero dejó un hijo, el segundo de Heidnik. Más adelante, tendría un tercer descendiente, luego de abusar de una de sus feligresas, Gail Lincow.
Al no poder tratar ni ver a ninguno de sus tres hijos, Heidnik se propuso a “dejar embarazadas a diez mujeres para poder formar su propia familia”. Según el abogado defensor del criminal, Chuck Peruto, la única obsesión del hombre era “tener una raza perfecta de hijos de estas mujeres”.
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Por ello, planificó la manera de tener una “granja de bebés”, hasta convertirse en el conocido ‘sembrador de bebés’. Trasformó el sótano de su hogar en un infierno: cerró completamente todas las ventanas, ancló cadenas en las paredes, compró candados y forjó un pequeño pozo en el suelo.
Al dejar lista su prisión, arribó en su auto y fue en busca de su primera víctima.
El 25 de noviembre de 1986 empezaron los ataques del predicador. La primera víctima fue una prostituta de 25 años llamada Josefina. Luego raptó a Sandra Lindsay, una paciente del instituto psiquiátrico mencionado. Más adelante, el 23 de diciembre, a Lisa Thomas, de 19 años y, el 2 de enero de 1987, a Deborah Dudley, de 23 años.
Las cuatro féminas fueron encadenadas, golpeadas, abusadas y encerradas en el sótano. Pero la peor parte se la llevó Sandra, debido a que, tras no recibir comida por varios días como castigo, intentó escapar. Posteriormente, la joven falleció y Heidnik se deshizo del cadáver.
El hombre habría descuartizado el cuerpo, y obligó a las tres mujeres a que lo ayuden. Guardó las extremidades como comida, asó las costillas e hirvió la cabeza. Pero el intenso olor llegó al olfato de los vecinos y llamaron a los oficiales para aclarar la situación.
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“Estaba haciendo un asado, me he quedado dormido y se me ha quemado”, dijo el secuestrador a los agentes, quienes se marcharon sin sospecha alguna.
Según reportes oficiales del día del juicio, ese mismo día y los posteriores, el secuestrador de mujeres alimentó a sus víctimas con los trozos cocidos de Sandra.
El predicador buscó una nueva víctima, Jacqueline Askins de 18 años, quien fue atacada sorpresivamente, despojada de su ropa y encerrada en el sótano con otras tres desconocidas.
“Estaban todas atadas, encadenadas. Dos estaban en la cama, una junto a la mesa de billar y la otra de pie junto a la ventana (tapada)”, explicó Askins en el año 2018.
Todo finalizó cuando el 23 de marzo de 1987, Heidnik secuestró a otra prostituta, Agnes Adams, con ayuda de una cómplice, Josefina. Pero la mujer optó por llamar a emergencias cuando tuvo oportunidad. Inmediatamente, los efectivos policiales llegaron y detuvieron al criminal.
Al mismo tiempo, Josefina detalló lo sucedido y procedieron a registrar la propiedad donde hallaron a las demás mujeres en un ambiente irrespirable, encadenadas y con signos de tortura. Además, encontraron doce kilos de carne humana en el congelador: era de Sandra Lindsay.
A principios de junio de 1988 dio comienzo el juicio contra Gary Heidnik en Filadelfia, en el cual trató de convencer al jurado de que las féminas se encontraban allí cuando él compró la casa. Sin embargo, el tribunal no fue convencido y lo definió como un hombre astuto y consciente de lo que hacía.
Por otro lado, las declaraciones de las sobrevivientes también ayudaron a corroborar que el homicida actuó en plenas facultades mentales. “Estaba fingiendo una enfermedad mental para evitar la pena de muerte”, expresaron.
El 1 de julio de 1988, el ‘sembrador de bebés’ fue declarado culpable de dos asesinatos en primer grado, cuatro de agresión agravada, cinco de delitos de secuestro y seis violaciones. El juez del caso lo sentenció a la pena de muerte.
El 6 de julio de 1999, Gary Heidnik fue ejecutado mediante inyección letal. Jacqueline Askins fue testigo de la ejecución de su secuestrador: “Me aseguré de que viera mi cara antes de morir. Quería que mi cara fuese lo último que viera”.
Finalmente, habría que mencionar que la historia de este criminal fue usada para la creación del personaje de ficción ‘Buffalo Bill’ en “El silencio de los inocentes” en la novela de Thomas Harris y de la cual se hizo una película del mismo nombre.