Este es el caso de Cathleen Mackenzie, una madre canadiense de cuatro hijos que trabaja su vientre, es decir, presta su cuerpo para la gestación de bebés de aquellas parejas que desean tener hijos y no los puedan concebir.
La madre sustituta, de 29 años, se sorprendió cuando Alice y James, pareja británica, decidieron retirarse del arreglo cuando ella ya estaba embarazada de gemelos. Por ese motivo, Mackenzie decidió narrar sobre su increíble historia en un artículo para el periódico de Reino Unido The Sun.
Según Mackenzie, oriunda de New Brunswick, ubicado al este de Canadá, ha trabajado como madre de alquiler desde los 17 años y hasta el momento ha tenido nueve embarazos, disfrutando y viviendo la experiencia junto a los futuros padres.
En medio de su trabajo, la joven conoció a James y Alice a través de internet. Ambos deseaban traer un bebé al mundo, pero no tenían éxito. Luego de que la madre sustituta también prestara sus óvulos para la fecundación, la pareja se comprometió a costear todos los gastos de cada mes.
A la edad de 17 años, Cathleen MacKenzie quedó embarazada por primera vez y ha dado a luz nueve veces desde entonces. Foto: Surrogacy in Canada Online
Al inicio, todo marchaba bien, pero en la octava semana de embarazo se enteraron de que eran gemelos. James y Alice, los futuros padres, estaban felices con la grata noticia y siguieron con el proceso.
No obstante, a las 12 semanas de gestación, Mackenzie no recibió su pago mensual, por lo que decidió contactarse con Alice. Esta no ofreció respuesta alguna.
A los pocos días recibió una llamada de James, quien le dijo que se había separado de Alice, pero de todas maneras se encargaría de los bebés. Pese a ello, Mackenzie continuó con normalidad hasta la semana 27, en la cual el hombre la contactó nuevamente para decirle que ya no quería hacerse cargo de los pequeños.
Tras la sorpresiva noticia, la madre sustituta quedó desconcertada y enojada, pues la última decisión que podía tomar era quedarse con ellos.
Finalmente, por casualidades de la vida, una amistad de Mackenzie le comunicó que una pareja estaba interesada en adoptarlos. Sophie y Vincent la acompañaron en el proceso restante, para finalmente ganarse su confianza y hacer todo el proceso legal.