Ocurrió en la comunidad de Ocurio, del municipio Zitácuaro, en Michoacán (México). Dos hermanos menores de edad se encontraban jugando con armas, supuestamente falsas, cuando uno de ellos disparó contra el otro, lo que causó su muerte inmediata.
Los niños estaban sin supervisión de sus padres cuando decidieron aparentar ‘ser sicarios’ y jugar a imitarlos. Lamentablemente, el arma homicida no era de juguete, sino una real que estaba dentro del hogar de los menores.
El fallecido tenía 11 años. Según las autoridades, el niño que disparó se encuentra desaparecido; se presume que sus padres lo habrían trasladado hasta otro municipio para no ser investigado.
A través de un estudio de la investigadora del crimen organizado Guadalupe Correa Cabrera, se sabe que la violencia ha dejado más de 700 personas asesinadas en los primeros tres meses del 2022 en el estado mexicano de Michoacán.
El imitar a los sicarios se ha vuelto en un juego popular entre los menores de varias comunidades de México. Debido a ello, este no es el primer caso en el que un niño pierde la vida por disparos de armas de fuego. Un hecho similar se registró en el 2019 en las calles de Tepito, Ciudad de México, una zona muy peligrosa en la capital azteca.
Otro se pudo ver en redes sociales, en un video de menores de edad aparentando secuestrar y asesinar a una de sus compañeras. Hecho que también alertó a las autoridades del país liderado por AMLO.
La asociación civil Reinserta mencionó que aproximadamente 30.000 niños son reclutados por parte del crimen organizado para perpetrar delitos, por un pago de hasta 35.000 pesos mensuales.
“(El país) está atascado de niños y niñas que están entrenándose en la sierra con armas, que están siendo la presa perfecta para la delincuencia organizada, nada más que no los hemos logrado ver todavía”, sentenció la entidad.