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¿Por qué Rusia nunca formó parte de la OTAN?

Según el historiador Timothy Sayle, la OTAN representa una amenaza para Vladimir Putin, pero no en un sentido militar, sino en el político, ya que sirve al pueblo ruso como modelo de una forma de vida distinta.

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La OTAN es una herramienta de propaganda realmente efectiva para Putin por su papel en la Guerra Fría, expresó el historiador Timothy Sayle. Foto: EFE

A tres semanas de la invasión rusa a Ucrania, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) continúa teniendo protagonismo en el rumbo del conflicto bélico. El Kremlin nunca entró a la alianza desde su creación para evitar una Tercera Guerra Mundial. ¿Por qué Rusia no es miembro del organismo internacional?

En 2015, el presidente ruso, Vladimir Putin, le dijo al director de cine Oliver Stone que décadas antes le había sugerido a Estados Unidos incluir a Rusia en la OTAN, según recogió la cadena BBC.

“Recuerdo la última visita oficial del presidente (Bill) Clinton aquí (en Moscú). Y le dije, medio en serio, medio en broma, ‘Rusia probablemente debería pensar en unirse a la OTAN’”, declaró Putin.

Lo contó justo antes de calificar la alianza militar como una estructura remanente de la Guerra Fría, conformada por naciones “vasallas” de Estados Unidos.

Si bien Putin nunca esclareció su postura al hacer ese comentario a Clinton, el historiador Timothy Sayle, autor de Enduring Alliance: A History of NATO and the Postwar Global Order (Alianza duradera: una historia de la OTAN y del orden global de posguerra), señala que en la década de 1990 hubo una pequeña posibilidad para que Rusia se uniera a la OTAN.

La Unión Soviética desapareció y estaba naciendo un nuevo orden global. En este contexto, se firmó en 1997 la denominada Ley Fundacional OTAN-Rusia, un acuerdo para construir una relación de colaboración en materia de seguridad entre ese país y la alianza militar.

Cinco años después se formó el Consejo de la OTAN-Rusia. Para profundizar este vínculo, el Gobierno ruso incluso ganó un asiento permanente en la sede de la organización en Bruselas.

En diálogo con el portal británico BBC, el también profesor declaró: “En la década de 1990, hubo otras cosas que mantuvieron separadas a la OTAN y Rusia. Las guerras rusas en Chechenia convencieron a muchos en los Estados miembro de la OTAN de que Rusia no se había convertido en un país que pudiera encajar cómodamente como aliado de la OTAN”.

“A los países miembros les preocupaba el estilo y la conducta de Rusia en esos conflictos. Al mismo tiempo, en 1999, los rusos desconfiaban de las intenciones de la OTAN, por el bombardeo de Kosovo”, explicó el historiador, quien además es director del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Toronto, en Canadá

Sayle comentó que a esto se sumaron las guerras de independencia y reconquista de la zona separatista de Chechenia y la incursión militar de la OTAN contra los serbios. La alianza lanzó bombardeos sin que hubiera ocurrido una agresión en contra de uno de sus países miembros ni contar con la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.

Al final, la fricción ha superado a este período de esperanza”, señala Sayle. Si Rusia se hubiera unido a la OTAN, es probable que nunca hubiera invadido Crimea en 2014, por ejemplo. Este fue el primer episodio de una escalada de tensión que condujo a la invasión a gran escala de Ucrania desde el pasado 24 de febrero.

¿Por qué Rusia no entró a la OTAN?

Para el académico, la idea de que Rusia se uniera a la OTAN en realidad se remonta a la década de 1950. “En 1954, la Unión Soviética propuso unirse a la OTAN y eso fue una estrategia de relaciones públicas, una especie de movimiento de propaganda en el que los soviéticos sabían que la OTAN diría que no”, precisó.

“Creo que en la década de 1990 había una esperanza real de que la relación entre la OTAN y Rusia pudiera crecer y estrecharse. Y se han dado varios pasos hacia esto, como el Acta Fundacional OTAN-Rusia, el Consejo OTAN-Rusia y los esfuerzos en curso para construir una relación entre el país y el bloque. Pero también hubo otras cosas en la década de 1990 que los separaron”, relató en una entrevista con BBC News Brasil.

De acuerdo al historiador, en 1999, los rusos comenzaron a sospechar de las intenciones de la OTAN con el bombardeo de Kosovo. En consecuencia, los constantes roces que los separaron a lo largo de la década de 1990 superaron esta etapa de optimismo.

“Pero hay otro elemento realmente importante aquí, y tiene que ver con la expansión de la OTAN en la década de 1990″, especificó el especialista.

La expansión de la OTAN creció considerablemente después de 1997. Foto: BBC

OTAN: ¿instrumento de humillación y amenaza contra Rusia?

Según Sayle, la OTAN y la Unión Europea (UE) representan una amenaza para Putin, pero no en un sentido militar. Ambos organismos representan una amenaza política para el líder del Kremlin, ya que sirven a la población rusa como modelo para una forma de vida diferente. “Entonces, en ese sentido, creo que Putin tiene razón al preocuparse por la OTAN y la Unión Europea”, aclaró.

La OTAN, sostiene el historiador, es una herramienta de propaganda realmente efectiva para el mandatario ruso por su papel en la Guerra Fría y su planificación de guerra contra la Unión Soviética. Es un instrumento que le sirve a Putin para reunir a los rusos en torno a su mando.

La guerra en Ucrania y la OTAN

“Discursos y comentarios hechos por diplomáticos y líderes rusos, incluido el presidente Putin, señalaron la posibilidad de que Ucrania se uniera algún día a la OTAN con la explicación de esta guerra. Pero antes de la invasión rusa, probablemente no había una vía rápida para la admisión de Ucrania al bloque”, detalló.

El historiador cuenta que ha habido división dentro de la alianza desde 2008 sobre si era una buena idea que Ucrania ingresara al bloque comercial, y la mayoría de los aliados estaba en contra de cualquier admisión apresurada. Por lo tanto, “la OTAN no es una explicación real para la decisión rusa en 2022 de lanzar esta invasión”, expresó.

“Existe una desconexión real entre cómo Rusia ve a la OTAN y cómo los aliados de la OTAN se ven a sí mismos. Por un lado, los aliados de la OTAN hablan —y creo que realmente piensan— de la alianza como defensiva, sin planes de atacar a Rusia. Los rusos, sin embargo, señalan algunas acciones de la OTAN en la década de 1990, como por ejemplo el bombardeo de Serbia en 1999, como muestras de que la OTAN lleva a cabo acciones ofensivas y, por lo tanto, su expansión representaría una amenaza”, concluyó.