Un veterano sacerdote ortodoxo fue detenido el sábado 4 de diciembre en Atenas, la capital de Grecia, luego de que increpara de “hereje” al papa Francisco, quien, desde hace varios días, se encuentra de visita por esa nación.
“¡Papa, eres un hereje!”, gritó el anciano, tres veces, cuando el sumo pontífice estaba ingresando a la residencia del arzobispado Ieronymos para realizar una visita a la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II.
Los policías que se encontraban en la zona inmediatamente intervinieron. El manifestante cayó al suelo cuando los agentes se lo llevaron. En tanto, Francisco continuó con su camino hacia la residencia para su reunión privada con el líder ortodoxo.
Este incidente no afectó la visita del papa a Grecia, que se sitúa en un contexto muy diferente respecto a la que efectuó Juan Pablo II en 2001 y que contó con una gran oposición de los ortodoxos más conservadores y fundamentalistas.
Francisco, durante su estancia, el sábado, se disculpó por los abusos “por acción u omisión” cometidos por los católicos contra los ortodoxos a lo largo de los siglos.
En tanto. Jerónimo II manifestó que compartía la visión de la Iglesia católica, la de forjar lazos fuertes para enfrentar desafíos globales como la crisis migratoria y el cambio climático.
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“Sin la comunidad mundial, los líderes de los estados poderosos y las organizaciones internacionales no toman decisiones audaces, la presencia siempre amenazante de mujeres y niños refugiados vulnerables seguirá creciendo a nivel mundial”, advirtió Jerónimo.
La relación entre los católicos y los ortodoxos en Grecia es débil. Se espera que este viaje pueda, al menos, impulsar el diálogo.