Esclavitud en el siglo XXI. Tres personas fueron detenidas en España por abusar laboralmente de inmigrantes en situación irregular. Los implicados eran responsables de poner a trabajar a las víctimas en largas jornadas y en pésimas condiciones. Además, les brindaban escaso tiempo de descanso y sueldo.
Diferentes medios de comunicación informaron, este lunes 4 de octubre, que agentes de la Policía Nacional han detenido a dos rumanos en Valladolid y a un chileno en Barcelona.
PUEDES VER: Médico diagnostica la homosexualidad como la “enfermedad actual” de una joven de 19 años
Los afectados eran enviados a trabajar durante extensas jornadas al campo en condiciones paupérrimas. Ahí tenían que dormir en colchones con insectos, paredes de adobe semiderruidas y un solo retrete.
Los arrestados, que no cuentan con antecedentes penales, reprimían a los migrantes mediante amenazas y agresiones. Además, se aprovechaban del desconocimiento legal y del desamparo para negar vacaciones.
PUEDES VER: Político español genera indignación en redes al decir que España no conquistó, sino liberó a América
Dos de los detenidos, padre e hijo, provenientes de Rumania, pertenecen a la misma familia que ya estuvo implicada anteriormente en actividades similares. Su cómplice, un ciudadano chileno, radicaba en Barcelona y ejercía como capataz y captador.
El grupo contactaba a los trabajadores migrantes a través de anuncios de internet y redes sociales, y les prometía un empleo con condiciones que nunca se cumplían.
En tanto, otras personas recibían la falsa oferta laboral mientras ejercían la mendicidad, por lo que solían aceptar el puesto.
La investigación de los miembros de la Operación Dry, como se denominó al plan para desarticular a esta banda, reveló que los explotadores, una vez que accedían a esta mano de obra, llevaban a los perjudicados a una casa casi en ruinas de La Seca, una provincia de Valladolid. Hasta 10 personas convivían ahí con un solo baño y con condiciones insalubres.
Finca de La Seca (Valladolid) en la que vivían los migrantes. Foto: Delegación del Gobierno de España
Cada jornada laboral era de 16 horas, desde las 5.00 a. m. hasta las 9.00 p. m. La paga era mínima y no existían vacaciones.
Los hombres explotados indicaron que el dinero que recibían a cambio solo les alcanzaba para el transporte. Una de las víctimas llegó a ser apuñalada cuando reclamó un salario, señaló el diario El País.