El presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Joe Biden, anunció este lunes 27 de septiembre que unas 80.000 locaciones estarán disponibles en el país para toda persona que quiera inocularse la tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19.
“Si recibió la vacuna Pfizer en enero, febrero o marzo, y tiene más de 65 años, tiene una afección médica o trabaja en un trabajo de primera línea, puede obtener su refuerzo”, escribió Biden en su cuenta verificada de Twitter.
En su tuit el mandatario demócrata señaló que, como parte del plan de inmunización al coronavirus SARS-CoV-2, están incluidas más de 40.000 farmacias en Estados Unidos.
En esta jornada Biden se puso una tercera dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19, tres días después de que las autoridades sanitarias estadounidenses autorizaran la administración de esas inyecciones de refuerzo para colectivos vulnerables.
En un auditorio de la Casa Blanca y con los periodistas y las cámaras presentes, Biden se remangó la camisa para que una enfermera le administrara esta dosis adicional.
“Sé que no lo parece, pero tengo más de 65, muchos más, y por eso me pongo hoy mi dosis de refuerzo”, afirmó el presidente, de 78 años.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por su sigla en inglés) dieron luz verde el viernes a la administración de una vacuna de refuerzo de Pfizer para unas veinte millones de personas que se han puesto la segunda dosis hace, al menos, seis meses y que cumplen una serie de condiciones.
En ese grupo entran los mayores de 65 años, los adultos con enfermedades como la diabetes o la obesidad y los trabajadores con mayor riesgo de contagio —como sanitarios, profesores o empleados de tiendas de alimentación—; siempre y cuando hubieran recibido antes la pauta completa de Pfizer.
Biden se puso la segunda dosis de la vacuna de Pfizer el pasado 11 de enero, hace más de ocho meses, por lo que cumplía las condiciones para obtener un refuerzo y lo hizo cuanto antes para animar a más estadounidenses a seguir su ejemplo.
“Las dosis de refuerzo son importantes, pero lo más importante que necesitamos hacer es conseguir que más gente se vacune”, subrayó, no obstante, el presidente.
Alrededor del 25% de la población estadounidense que cumple las condiciones para vacunarse no se ha puesto ni siquiera una dosis, lo que equivale a unas 70 millones de personas, y está entorpeciendo la lucha contra la variante Delta en el país.
Con información de EFE