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Jineth Bedoya: Colombia reconoce culpa por violación y tortura en su contra

El caso de Jineth Bedoya está a punto de marcar un precedente en la Corte IDH. El Estado colombiano pidió perdón por el ataque ocurrido hace dos décadas con presunta complicidad de agentes oficiales.

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La periodista colombiana trabajaba para el diario El Espectador, cuando un grupo de paramilitares la secuestró frente a la cárcel La Modelo de Bogotá. Foto: AFP

Este martes 23 de marzo, la defensa del Estado colombiano pidió perdón a la periodista Jineth Bedoya ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el secuestro, violación y torturas que sufrió hace dos décadas a manos de paramilitares con la presunta complicidad de agentes oficiales.

El director general de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado colombiano, Camilo Gómez, aceptó “la responsabilidad internacional por las fallas del sistema judicial” y “por el incumplimiento del deber de debida diligencia en la investigación de las amenazas” que había denunciado Bedoya, Premio Mundial a la Libertad de Prensa de la Unesco 2020.

La Corte IDH, órgano judicial de la Organización de los Estados Americanos (OEA), determina la responsabilidad de Colombia en la agresión que sufrió la comunicadora en el año 2000.

El Estado “pide perdón a Jineth Bedoya por estos hechos y por el daño que le causaron” y “reconoce que estas omisiones vulneraron sus derechos a la dignidad, a tener un plan de vida, a la integrad personal, a las garantías judiciales y a la protección judicial”, añadió Gómez.

El caso Jineth Bedoya

La periodista colombiana trabajaba para el diario El Espectador, cuando un grupo de paramilitares la secuestró frente a la cárcel La Modelo de Bogotá y posteriormente la torturó y violó durante 16 horas, antes de abandonarla desnuda al borde de una carretera.

Jineth Bedoya investigaba una red de tráfico de armas en el centro penitenciario y su rapto se dio con complicidad de agentes del Estado, especialmente de un “influyente” general de la Policía, de acuerdo al testimonio que dio ante a la corte.

Los paramilitares, algunos ya condenados por esta agresión, fueron milicias de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas en Colombia, hasta su desmovilización en 2006.

Un año antes del secuestro, Bedoya y su madre, Luz Nelly Lima, fueron víctimas de un atentado que también hace parte del expediente. El Estado se excusó “por la falta de investigación del ataque” ocurrido en 1999.

“El daño causado a mi madre y a mí por las violaciones que hemos venido sufriendo hace más de 20 años y la impunidad en que estas se mantienen no nos han permitido cerrar el ciclo de violencia y recuperar nuestra vida”, declaró la periodista.

Jineth Bedoya pidió medidas de protección para ella y su madre, así como el cierre de la cárcel La Modelo y su transformación en un espacio de memoria. Las partes involucradas en el proceso tienen plazo hasta el 23 de abril para presentar sus alegatos finales por escrito.

Los fallos de la Corte IDH, con sede en San José de Costa Rica, son definitivos e inapelables.