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A 47 años del golpe de Estado a Salvador Allende: el rol de México en el exilio chileno

Este 11 de septiembre de 2020 se cumplen 47 años de la caída de Salvador Allende de la presidencia de Chile a manos de Augusto Pinochet.

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Salvador Allende fue el primer marxista elegido presidente en elecciones libres en 1970. (Foto: AFP)

Salvador Allende se convirtió en presidente de Chile hace 50 años y así el primer socialista en ganar unas elecciones democráticas en América Latina. Sin embargo, tres años después se gestaría un golpe de Estado que lo derrocaría del poder y que detonaría en un exilio para miles de chilenos que encontraron refugio en tierras aztecas.

“Yo sé, por lo que he vivido, que México ha sido y será —gracias por ello— amigo de mi patria”, fueron las palabras que declamó en diciembre de 1972 Allende y sirvieron para finalizar un histórico discurso en la Universidad de Guadalajara en México. Para entonces, el mandatario chileno era considerado con una figura vital para América Latina, aunque un peligro para las aspiraciones de Estados Unidos.

Al igual que otros países, Chile y Salvador Allende sufrieron la ola de dictaduras que afectaron a toda Latinoamérica. El 11 de septiembre de 1973, hace 47 años, Augusto Pinochet fue el encargado de dar un golpe de Estado y se mantuvo en el poder hasta 1990.

La actual Constitución chilena fue promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet. Foto: AP.

Precisamente, el último 4 de septiembre de 2020 se conmemoraron los 50 años de la victoria de Allende en las elecciones democráticas, por lo que este mes representa para el pueblo chileno las dos caras de la moneda en su vida política.

El golpe de estado en Chile y el rol de México

Antes de ser capturado por las fuerzas pinochetistas que pretendían tomar La Moneda, Allende decidió acabar con su vida disparándose en la cabeza (siendo esta la versión más aceptada de la causa de su muerte). “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”, dijo en su último discurso.

Desde el 11 de septiembre de 1973, y durante los siguientes meses, los operativos para que cientos de chilenos escapen de su patria comenzaron. Sin embargo, los que no pudieron huir del país fueron capturados, torturados y desaparecidos, en algunos acasos.

La participación de México para que la familia de Allende pueda salvarse fue vital. La viuda del presidente chileno, Hortensia Bussi, junto a sus hijas Carmen Paz e Isabel, se encontraban en el primer grupo de personas que se asilaron políticamente.

La Embajada de México en Chile, encabezada por Gonzalo Martínez Corbalá, quien se convertiría en un hombre muy popular por su labor de mantener con vida a cientos de ciudadanos, brindó apoyo vital a la familia de Salvador Allende, así como a otros chilenos.

La familia Allende fue de las primeras exiliadas a México tras el golpe de estado en Chile. (Foto: Especial)

“Fueron más de 700 personas las que, entre 1973 y 1974, vivieron en la Embajada y en la Residencia de México en Chile, en algunos casos durante varios meses. Las personas que residieron en los inmuebles mexicanos se suman a los aproximadamente 3,000 asilados chilenos que se calcula llegaron a México durante la dictadura de Pinochet”, explicó la Cancillería mexicana.

Tras la muerte de Martínez Corbalá en 2017, la Cancillería recordó que acompañó a la familia de Allende en su traslado a México y "no escatimó esfuerzos por proteger al mayor número de personas posible. Recuerda en sus memorias: ‘no se le negó la entrada a nadie’, concretando así uno de los capítulos de mayor solidaridad de la diplomacia mexicana”.

Gilda Waldan Mitnick, investigadora chilena acentuada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM contó en una entrevista para el sitio oficial UNAM Global en 2018 que “después del golpe de Estado en Chile en 1973, que fue de una violencia inesperada e inusitada, el gobierno mexicano fue muy generoso”.

“Martínez Corbalá, ayudó a salvar a mucha gente en peligro, e incluso intentó que Pablo Neruda, ya muy enfermo, viajara a México, lo cual no se logró. Las puertas de la Embajada estuvieron abiertas para salvar muchas vidas”, recordó la académica.

En 1989, Isabel Allende Bussi, hija del expresidente, volvió a Chile meses antes de la caída de Augusto Pinochet. Desde ese entonces, ha construido una carrera parlamentaria que sigue vigente hasta la actualidad. En 2018, Isabel fue nuevamente elegida como senadora.

“Cómo traducir lo que hemos recibido en generosa entrega y como aporte solidario a nuestro pueblo en la dura lucha en que está empeñado”, comenzó Salvador Allende su discurso en Guadalajara en aquel lejano 1972. “Yo, más que otros, sé perfectamente bien que esta actitud del pueblo de México nace de su propia historia”, agregó.