Una mujer de Clarksburg, Virginia Occidental (Estados Unidos) se declaró culpable de los asesinatos de siete pacientes del hospital para veteranos de guerra donde trabajaba. La asesina aplicó altas dosis de insulina a sus víctimas, por razones que hasta ahora se desconocen.
Reta Mays, de 46 años, trabajaba como asistente de enfermería en el Centro Médico VA Louis A. Johnson de la localidad. Entre 2017 y 2018, la mujer inyectó a siete pacientes con dosis letales de insulina que les provocaron la muerte por hipoglucemia o bajos niveles de azúcar en la sangre. Ella también admitió ser culpable de intentar matar a otro interno.
Un investigador aseguró que la asesina permanecía al lado de los pacientes para verlos morir, lo que ocurría algunas horas o hasta semanas después de las inyecciones. La perpetradora permanecía en la habitación incluso mientras los doctores revisaban a los pacientes y trataban de contrarrestar los efectos de las inyecciones.
Aunque la también veterana de la guerra de Irak no reveló sus motivaciones detrás de los crímenes, ella afirmó que tomaba medicación para tratar su trastorno de estrés postraumático, el cual los fiscales creen podría ser empleado por la defensa como explicación para los asesinatos, según indica el diario The Washington Post de Estados Unidos.
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Según explicó un investigador, Mays aprovechó los errores del sistema de software del hospital, que daba lecturas erráticas del nivel de glucosa en los pacientes, para cometer los crímenes sin ser detectada.
Hace unos días, las autoridades ejecutaron a un traficante de drogas de Estados Unidos que fue acusado de cinco asesinatos.