Roberth Calla Soto es un peruano que se ganó el corazón de Graciela Batalla Gómez y Félix Vallejos, una pareja de jubilados que vive en Barracas (Argentina), luego de ayudarlos durante la cuarentena por coronavirus. Calla, de 32 años, vive en Argentina desde los 10 y se inscribió en un programa de voluntariado para personas que no disponen de familiares cercanos que puedan atenderlos.
“Me enteré en Internet y me pareció una idea muy buena, de ayudar a personas grandes, de poder darles una mano. Me gusta sentirme útil. Una vez quise sumarme a voluntariado de comedores, pero al final no se dio”, indicó Calla a Infobae.
Roberth Calla
A fines de marzo, la pareja de ancianos que sufre de hipertensión y diabetes llamó al 174, línea telefónica del gobierno, para pedir ayuda porque sus hijos viven en Europa hace 30 años y tenían preocupación de cómo abastecerse durante el confinamiento.
El sistema Mayores Cuidados, que tiene 39.868 voluntarios, ofrece acciones comunitarias para 16.721 adultos mayores como realizar compras, ir a la farmacia o pasear a las mascotas y designó a Roberth Calla para este caso. “Al principio tenía mis dudas, pensaba que me podía tocar una persona irritable o que por ahí su carácter era distinto al mío. Pero no: con Graciela y Félix hubo una buena química, me sentí muy cómodo con ellos. Congeniamos muy bien”, contó Calla.
Graciela, una médica jubilada de 70 años, detalló que el voluntario fue muy atento con ellos, se mantiene en constante comunicación y está disponible para ayudarlos en cualquier momento, incluso ahora que volvió a trabajar en una empresa de metalurgia desde hace un mes y medio.
“Nos hizo favores los sábados, los domingos, los días de lluvia. Tiene una gran voluntad y le puso tanta fuerza a lo que necesitábamos que realmente me quedé maravillada. Fue una mezcla de nieto con voluntario de primera calidad. Nos cayó del cielo. Es una persona muy educada, muy buena gente. Hasta lo llamó a mi marido para su cumpleaños y le regaló unos llaveros de Perú que guardamos con cariño. Espero que toda la gente haya tenido la misma suerte que nosotros con Roberth. Lo consideramos de la familia”, explicó la mujer.
Graciela y Félix dejarán el barrio de Barracas para mudarse a un departamento en Palermo, la próxima semana. A pesar de las distancias, la pareja espera seguir con la relación creada con Roberth. “Ha sido una compañía muy importante. Valoro sobre todo el afecto, las ganas con las que nos ayuda, siempre con una sonrisa. Cuando termine todo esto voy a hacer una cena, los vamos a invitar a comer a él y a su esposa”, concluyó.