Uno de los sicarios, que perteneció a una fracción del Cártel de Sinaloa, confesó parte de las labores que ejercía mientras cumplía las órdenes de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán.
En la actualidad, el sujeto, cuyo nombre no fue revelado, se encuentra preso de por vida en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
El hombre confesó que realizó macabros trabajos durante 2008, hasta varios por día. “Yo mataba, cortaba cabezas", detalló.
“El asesinato era tan simple que comenzaba sólo con una llamada a mi celular, pero tan despiadada que culminaba comúnmente en una decapitación en las calles de Ciudad Juárez, Chihuahua”, describió el sujeto.
Según reseña el portal argentino Infobae, el asesino esperaba la orden de atacar, podía ser rápido o tardar días.
El crimen podía ser ejecutado en cualquier lugar donde estuviese la víctima, desde una casa, oficina, restaurante o la salida de un centro comercial.
El hombre, con amplia experiencia en el mundo criminal, dijo que un sicario podía ganar hasta 15 mil dolares por cada asesinato pero en la actualidad “todo luce devaluado”.
Hoy en día cualquier hijo de vecino coge una pistola y ya es sicario. Operan sin ningún tipo de cuidado, asesinan a mujeres y niños”, expresó el criminal, quien aseguró que él fue un profesional desde su primer trabajo a los 17 años.
“Muchas veces ves cómo quedan las personas, con sus cabezas desbaratadas a balazos. Quedan grabadas en la mente”, comentó el sicario, quien cumple condena de por vida.
Víctima del narcotráfico. Difusión (Imagen referencial).
El testimonio del hombre no identificado no sería el primero en su estilo. Varios “sicarios arrepentidos” han descrito lo crímenes cometidos bajo arrepentimiento.