El ejército de Nueva Zelanda recuperó este viernes los cuerpos de seis personas fallecidas a principios de semana en la erupción de un volcán en la isla neozelandesa de White Island, en una peligrosa operación realizada con la amenaza de una nueva erupción.
"Los cuerpos de seis víctimas fueron evacuados por aire por un equipo de ocho militares de élite del ejército neozelandés", anunció la policía.
Dos helicópteros despegaron de Whakatane al alba con destino a White Island, donde una inesperada erupción del volcán mató el lunes pasado a 16 personas que se encontraban en visita turística, según un balance provisional.
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Después de más de cinco horas de espera, la policía anunció que la mayoría de las víctimas había sido recuperada y sus restos reposan en la fragata militar HMNZS Wellington anclada frente a la isla volcánica.
“Se recuperaron seis cuerpos en White Island y ahora están a bordo del HMNZS Wellington”, declaró el comisario de policía adjunto John Tims, que no informó sobre la suerte de otros dos cuerpos sin vida, también en la isla.
Aún continúan buscando a dos desaparecidos en White Island, que posiblemente estén muertos. Foto: AFP.
La localización de los cuerpos se hizo con ayuda de drones.
La víspera de la operación, las fuerzas del orden indicaron que buscaban los restos de otras dos personas desaparecidas, pero que tendrían poco tiempo en un entorno tan peligroso.
La policía trasladó en un barco a las familias de las víctimas cerca de la isla mientras se realizaba el rescate y se organizó una bendición del rito maorí.
Los allegados de las víctimas instaron a las autoridades que recuperaran los cuerpos de sus familiares, pese a los riesgos de una nueva erupción.
Vulcanólogos siguieron en directo la actividad sísmica del volcán que sigue expulsando fumarolas, mientras el equipo recuperaba los cadáveres. A la mínima señal de erupción, la operación podía ser suspendida.
"Claro que estoy preocupado, no sería humano si no lo estuviera", dijo Mike Clement, un responsable de la policía, cuando desveló el plan el jueves por la noche. "Pero tenemos que hacer el trabajo", dijo.
Ante la mínima señal de una nueva erupción, las operaciones de rescate tendrán que suspenderse. Foto: AFP.
Entre los muertos están el guía neozelandés Hayden Marshall-Inman.
Su hermano Mark Inman manifestó el jueves la frustración de las familias y culpando a la "burocracia" de los dirigentes, responsables, según él, del retraso en recuperar los cuerpos, propuso ir él mismo a la isla.
Del cráter emanan gases tóxicos y la isla está cubierta de una espesa capa de cenizas volcánicas.
La mayoría de los 29 supervivientes siguen hospitalizados, 22 en Nueva Zelanda y 7 en Australia, aquejados de quemaduras graves, según el último balance.
"Todos estos pacientes, cuyo estado está considerado como crítico (...) necesitan muchos cuidados intensivos", declaró Ashley Beloomfield, directora general del ministerio de Salud.
La policía, que durante días se mostró prudente ante los riesgos para los socorristas de una operación de este tipo, sabía que el tiempo jugaba en contra ya que se reducían las posibilidades de identificar a las víctimas.
En total, 47 turistas y guías, procedentes de Australia, Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Alemania, Malasia y Nueva Zelanda estaban en la isla en el momento de la erupción del volcán.