Sao Paulo. EFE
La popularidad del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, así como la confianza en el mandatario y la aprobación de su manera de gobernar, siguieron cayendo en septiembre y ya se ubican por debajo de las tasas de reprobación del Gobierno, según una encuesta divulgada este miércoles.
De acuerdo con el sondeo realizado por el instituto Ibope y encomendado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la evaluación positiva del Gobierno de Bolsonaro cayó desde el 35 % en abril hasta el 32 % en junio y el 31 % en septiembre, en su noveno mes de mandato. En contrapartida, la evaluación negativa del Gobierno del líder ultraderechista saltó desde el 27 % en abril hasta el 32 % en junio y hasta el 34 % en septiembre, es decir que el índice de reprobación supera el de aprobación por primera vez desde que el capitán de la reserva del Ejército asumió su mandato, el 1 de enero pasado.
PUEDES VER EEUU: “favor” provoca un terremoto político
Por su parte, la tasa de brasileños que dice confiar en Bolsonaro cayó desde el 51 % en abril hasta el 46 % en junio y hasta el 42 % en septiembre, mientras que la de los que no confían en el mandatario subió desde el 45 % en abril hasta el 51 % en junio y hasta el 55 % en septiembre, doce puntos porcentuales por encima del índice de confianza.
De la misma forma, mientras que el 51 % de los brasileños decía aprobar la manera de gobernar de Bolsonaro en abril, esa tasa cayó al 46 % en junio y al 44 % en septiembre, en tanto que el porcentaje de quienes reprueban su forma de gobernar subió desde el 40 % en abril hasta el 48 % en junio y hasta el 50 % en septiembre.
Desde que llegó al poder, el jefe de Estado se ha mostrado a favor de reducir la fiscalización medioambiental, de impulsar la explotación en la Amazonía y de legalizar la minería en las reservas indígenas, propuestas fuertemente criticadas por los ecologistas.
Incendiario. Jair Bolsonaro, de 64 años, está en el centro de una crisis internacional después del aumento de los incendios forestales en la Amazonía, un problema que los expertos vinculan a la creciente deforestación en la mayor selva tropical del mundo y que achacan a la retórica antiambientalista del líder ultraderechista.