El presidente Donald Trump dijo este domingo que Estados Unidos está listo para responder al ataque contra infraestructuras petroleras en Arabia Saudita, que Washington atribuye a Irán, mientras Riad intenta reanudar las operaciones en las plantas dañadas por el ataque con drones.
Es la primera vez que el mandatario estadounidense menciona una potencial respuesta militar al ataque del sábado, que obligó al reino a reducir su producción de crudo a la mitad.
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“El suministro de petróleo de Arabia Saudita fue atacado. Hay motivos para creer que conocemos al culpable”, escribió Trump en su cuenta de Twitter, agregando que Estados Unidos está listo para atacar “dependiendo de la verificación” y que esperan conocer la versión de Arabia Saudita para determinar cómo proceder.
Los rebeldes hutíes chiitas de Yemen, apoyados por Irán y que enfrentan desde hace cinco años una coalición militar liderada por Riad, reivindicaron estos ataques contra instalaciones del gigante estatal Aramco.
Pero el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, apuntó directamente a Teherán, asegurando que no hay pruebas de que el ataque procediera de Yemen, y añadió que Washington “trabajará” con sus socios para garantizar el suministro del mercado y “que Irán rinda cuentas de su agresión”.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Abas Musavi, aseguró este domingo que esas acusaciones son “insensatas” e “incomprensibles” y solo buscan justificar “futuras acciones” contra Irán. Ante la reducción de la producción saudita, Trump autorizó el uso de petróleo de las reservas estratégicas del país.
“Debido al ataque en Arabia Saudita, que puede tener impacto en el precio del petróleo, he autorizado, si es necesario, la liberación de petróleo de la reserva estratégica de petróleo en una cantidad a determinar”, tuiteó este domingo.
Por su parte, Irak rechazó cualquier vínculo con el ataque, luego de que el diario Wall Street Journal afirmara que responsables estadounidenses y sauditas estudiaban la posibilidad de que se hubieran lanzado misiles contra las instalaciones petroleras sauditas desde ese país.
El príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, cuyo país es el gran rival regional de Irán, aseguró que Riad “quiere y puede” responder a esta “agresión terrorista”. Pero las represalias directas son “muy poco probables”, según el experto en Oriente Medio de la S. Rajaratnam School, James Dorsey.
Los sauditas no quieren un conflicto abierto con Irán (...) Querrían que otros lucharan en su lugar, pero los otros son reticentes", dijo a la AFP.
La Bolsa de Riad abrió la sesión del lunes con una caída del 3%, antes de recuperar parte de las pérdidas.
Las explosiones del sábado causaron incendios en la planta de Abqaiq, la mayor en el mundo dedicada al tratamiento del petróleo, y en Jurais, donde hay un gran campo petrolero. Pero no causaron víctimas, dijo a la AFP el portavoz del ministerio de Interior, general Mansur al Turki.
Los rebeldes hutíes han atacado en múltiples ocasiones la infraestructura energética saudita. Pero esta vez las consecuencias han sido de otra envergadura: causaron una reducción brutal de la producción de 5,7 millones de barriles por día, alrededor de un 6% del suministro mundial.
Esta disminución de la producción podría hacer tambalear la confianza de los inversores en Aramco, gigante petrolero que prepara su entrada a bolsa.
El gobierno saudita quiere situar en el mercado bursátil alrededor de un 5% de su petrolera estatal en 2020 o 2021 y captar unos 100.000 millones de dólares, en lo que podría convertirse la mayor salida a bolsa de la historia.
El presidente de Aramco, Amin Naser, declaró que se estaban llevando a cabo las "obras" para restablecer toda la producción. El príncipe Abdulaziz bin Salmán, nombrado recientemente ministro de Energía, aseguró por su parte que la reducción sería compensada con las reservas.
"Si pueden restablecer rápidamente la producción o al menos asegurar a los mercados que pueden, quizás no se vea un enorme aumento de los precios", declaró Robert Rapier, experto en energía, en la revista Forbes.
En una entrevista telefónica entre Donald Trump y el príncipe heredero saudita, la Casa Blanca condenó los ataques contra “infraestructuras vitales para la economía mundial”.
Pero la Casa Blanca informó que Donald Trump sigue sin descartar la posibilidad de un encuentro con Rohani, pese a las acusaciones formuladas contra Teherán.
Al margen de una reunión en Arabia Saudita, los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) condenaron este domingo el ataque y expresaron su solidaridad con el gobierno saudita.
Riad gastó miles de millones de dólares en material militar, pero para los expertos, los ataques confirman la vulnerabilidad de las instalaciones petroleras en el Golfo. Los pozos de petróleo del reino estén dispersos y son de difícil acceso, pero sus refinerías están mucho más expuestas.