En el mar Báltico, un equipo internacional de científicos halló un barco de 500 años de antigüedad en gran estado de conservación. El hallazgo de la embarcación, bautizada por los investigadores como Okant Skepp, fue publicado el pasado viernes por la Universidad de Southampton (Reino Unido), una de las instituciones que colaboraron en la investigación.
El análisis de los científicos indica que el barco habría naufragado entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, que coincide con la época en que Cristóbal Colón descubrió América y las primeras excursiones europeas en este continente.
“El barco presenta un notable nivel de conservación después de quinientos años en el fondo del mar, gracias a las frías aguas salobres del mar Báltico”, explicó el doctor Pacheco-Ruiz, quien colaboró con las producciones del Centro de Arqueología Marítima de Southampton y el Instituto de Investigación de Arqueología Marítima de la Universidad de Södertörn (Suecia).
Inspección de las partes del barco. Captura de video.
“Es casi como si se hubiera hundido ayer, con los mástiles en su lugar y el casco intacto. Aún en la cubierta principal hay un hallazgo increíblemente raro: el bote tierno, usado para transportar a la tripulación desde y hacia el barco, apoyado contra el mástil principal. Es una vista realmente asombrosa”, añade el arqueólogo marítimo.
En 2009, se tuvo los primeros indicios de la existencia de este barco, gracias a una inspección de sonar realizada por la Administración Marítima de Suecia, que encontró una anomalía en el fondo del mar Báltico.
Recién a principios de este año, una cámara robótica encontró el barco, y en el mes de marzo, un equipo de investigadores con la exploración marina de la empresa MMT sumergió dos robots submarinos para examinar la embarcación. Se constató que el barco mide entre 16 y 18 metros de largo.
El equipo de investigadores planea volver al lugar del naufragio para recuperar un tablón de madera cuyo análisis ayudaría a establecer con precisión cuándo se construyó y cuando se hundió el barco.
Inspección del barco a cargo de robots submarinos. Captura de video.
En una entrevista concedida a The New York Times, Pacheco-Ruiz reveló además la presencia de una bomba de sentina de madera (diseñada para eliminar agua de la navío), un cabestrante utilizado para enrollar trozos de cuerda, armas giratorias en la cubierta y el ancla del barco.
Según un comunicado de la expedición, el barco probablemente era un buque mercante. Sin embargo, destacaron que la presencia de armas giratorias era un “testimonio de la tensión” en ese momento.