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La Vía Láctea es caníbal, y ya se devoró una galaxia entera

Científicos descubrieron el mayor banquete que se dio nuestra galaxia hace 10 000 millones de años. La víctima fue la galaxia Gaia-Encélado.

larepublica.pe
La Vía Lactea y Gaia-Encélado chocaron hace 10 000 millones de años. Imagen referencial/NASA.

Gracias a las huellas cósmicas que dejaron muchas estrellas con miles de millones de años de antigüedad, un equipo de astrónomos ha encontrado pistas de un episodio de canibalismo galáctico que sucedió en la Vía Láctea, mucho antes de que se formara, dentro de ella, nuestro Sistema Solar.

“En todas las galaxias hay estrellas casi tan antiguas como el universo, que se formó hace 13 700 millones de años, y otras más jóvenes. Gracias a estas estrellas fósiles podemos reconstruir la historia de nuestra galaxia”, explica la astrónoma Carmet Gallart, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

El equipo de Gallart ha analizado el color y la intensidad de un millón de estrellas en un radio de 6 500 años luz, que equivalen a más de mil billones de kilómetros. El estudio se ha centrado en dos grupos de estrellas que se encuentran en el halo galáctico (la gran esfera que envuelve al disco aplanado de la Vía Láctea, donde orbitan muchas de sus estrellas, incluido el Sol), resume El País.

El halo galáctico es la nube que envuelve al disco de la Vía Láctea. Imagen: ESA/NASA.

Los investigadores usaron modelos de evolución estelar para calcular la edad de los astros. De esta manera, determinaron que el color y la concentración de elementos pesados de las estrellas estudiadas apuntan a que cada grupo proviene de una galaxia diferente. Las estrellas que eran rojas y tenues nacieron en la Vía Láctea primitiva hace unos 13 000 millones de años. En tanto, las que eran azules y brillantes surgieron en la misma época, pero en la galaxia Gaia-Encélado, que era unas cuatro veces más pequeña. Así quedó develado un evento casi desconocido en la historia de nuestro ‘gran hogar’.

Un acto de canibalismo galáctico

Ambas galaxias habían chocado de forma violenta hace unos 10 000 años. Producto de este impacto, la más grande se tragó a la más pequeña. En ese proceso, muchas de las estrellas de Gaia-Encélado pasaron a viajar de forma desordenada por el halo galáctico de la Vía Láctea junto a una cantidad menor de estrellas autóctonas. Hasta la actualidad, ambas poblaciones de estrellas son fácilmente diferenciables.

La Vía Láctea vista sobre el parque nacional de Namburg, al oeste de Australia. Foto: NASA/Michael Goh.

Los resultados de la investigación fueron publicados hoy en Nature Astronomy.

“El estudio es muy interesante y ayuda mucho a elucidar cómo fue el impacto entre la Vía Láctea primitiva y Gaia-Encélado”, destaca Amina Helmi, catedrática en el Instituto Astronómico Kapteyn de la Universidad de Groninga (Países Bajos).

Medir las consecuencias de este acto de canibalismo galáctico resultaría una tarea más que titánica, pues un evento de tal magnitud desencadena una infinidad de reacciones. Una de ellas fue en la Vía Láctea se produjo un resurgir de nuevas estrellas que duró hasta hace unos 6 000 millones de años. Luego, hace 4 500 millones de años, nació nuestro Sol, y de ahí, los ocho planetas que lo rodean, uno de ellos es la Tierra.