Este 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGTB, una fecha que busca fomentar la tolerancia, la igualdad y la no discriminación sexual.
Ocurrió hace 50 años en Estados Unidos cuando un grupo de clientes de un conocido bar bailaban y se divertían, sin sospechar que, a partir de un operativo policial, se convertirían en los íconos y pioneros del movimiento LGBT.
En los últimos años, el Día Internacional del Orgullo LGTB se celebra con movilizaciones e intervenciones para crear conciencia sobre la diversidad sexual, lo que se traduce en años de lucha para el reconocimiento de los derechos de esta población. Pero, ¿cómo empezó esto?
Los disturbios de Stonewall Inn, un bar ubicado en el barrio neoyorquino Greenwich Village, fueron claves para que los miembros de la comunidad LGTB conformada por lesbianas, gays, transexuales y bisexuales adquieran notoriedad.
La madrugada del 28 de junio de 1969, un grupo de policías encubiertos ingresaron al bar Stonewall Inn, mientras que en los exteriores un Escuadrón de Moral Pública esperaba para detener a los asistentes a una fiesta que se realizaba en el local frecuentado por la comunidad LGTB.
En esa época, durante la década de 1960, la homosexualidad era considerada una enfermedad mental en Estados Unidos; de modo que, las personas que la ‘padecían’ eran reprimidas constantemente por la policía y marginadas por la sociedad.
La policía intervino el Stonewall Inn, lo que ocasionó una serie de manifestaciones violentas por parte de las 200 personas que estaban en el bar y los testigos del operativo, quienes se enfrascaron en una batalla campal contra la represión de las autoridades.
Los enfrentamientos entre la comunidad LGTB y la policía antidisturbios continuaron durante varias semanas en Nueva York; sin embargo, la intervención en Stonewall fue clave para inspirar un movimiento de lucha por la igualdad de derechos.
La represión policial en Stonewall fue una de las tantas intervenciones en lugares donde se congregaba la población LGBT. Previamente entre 1966 y 1967, durante una fiesta de fin de año en el local Black Cat de Los Ángeles, un grupo de agentes policiales destruyó la decoración del lugar y arrestó a 14 personas debido a su ‘conducta indecente’.
Semanas más tarde, el 11 de febrero de 1967, una red de activistas por los derechos LGTB realizaron manifestaciones frente al recinto y exigieron que la policía de Los Ángeles deje de acosar y arrestar a los miembros de dicha comunidad.
Con pancartas y frases como “Fin a la cacería ilegal”, “Hay que poner freno a la ilegalidad de la policía”, entre otros, empezó el activismo que había nacido con algunas marchas aisladas en Washington DC frente a la Casa Blanca o en Filadelfia.