Uso de hormonas, cirugías, intervenciones invasivas y una serie de cambios hay en la comunidad transgénero. Con ello, prejuicios, discriminación y rechazo por una sociedad que no entiende que no todas las personas se sienten asignadas en el género con el que nacen. Ser trans en el Perú no es fácil y acceder a un derecho básico como la salud, peor.
Nuestro país a lo largo de los años ha descuidado su sistema sanitario. Su deficiencia es peor cuando eres parte de una minoría como la población transgénero. Dania Calderón, mujer trans, lo ha experimentado a largo de sus casi 40 años a través de su propia de su historia y las de sus compañeras.
La información que se tiene sobre la comunidad trans es escasa, aunque se estima que su expectativa de vida no supera los 40 años en América Latina. Enfermedades de transmisión sexual como el VIH, la sífilis y otros males; violencia y discriminación; deterioro de la salud mental, y más condiciones contribuyen a que la edad promedio de vida disminuya en esta comunidad.
En el país, la población transgénero es considerada como el grupo poblacional con más casos de VIH/SIDA. En el caso de las mujeres trans, algunos estudios estiman que entre el 30 % a 35 % tiene VIH y, según los datos del Ministerio de Salud, en el mismo grupo existe una prevalencia de 20.8 % de la enfermedad infecciosa.
trans - prostitución - trabajadora sexual - gays. Foto: Jhonel Rodriguez Robles
Este alto porcentaje ha hecho que el Minsa apruebe la ‘Norma Técnica de Salud de Atención Integral de la Población Trans Femenina para la Prevención y Control de las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/SIDA’ en el 2016. Cuatro años después, en este 2020, todavía no hay otro campo de acción que el Gobierno realice para la comunidad transgénero. Leyla Huerta, directora de Féminas Perú, expresa que esta es la única forma en la que el Estado las reconoce.
“La norma técnica tiene la finalidad de reducir muertes y afecciones por VIH, todo es VIH (...). Han pasado cuántos años y las personas trans aún no tienen nada más, lo único que tienen es un ‘beneficio’ por ser afectadas por VIH. [El Gobierno] no te mira como un ser humano que necesita mejorar su calidad de vida y que sus derechos se vayan reivindicando”, enfatiza Huerta.
El alto índice de prevalencia de la enfermedad ha hecho que existe un prejuicio y asociación entre esta enfermedad y la comunidad transgénero. Según la II Encuesta Nacional de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia e Ipsos, el 31 % de los entrevistados consideró que el VIH-SIDA es una enfermedad de homosexuales y personas trans.
Dania lo experimentó cuando asistió a un centro de salud acompañando a su amiga que se había cortado la pierna. Llegaron a emergencia y las ubicaron en otro lugar porque pensaban que tenían la enfermedad infecciosa.
“Lo escuché de una enfermera, una licenciada, y yo me sentí mal. Me sentí frustrada, no sabía que hacer. Nos separaron por el hecho de que podíamos contagiar a los pacientes por tener SIDA. Eso es así, nos ven que somos trans y ya estamos enfermas, que tenemos VIH, que tenemos cualquier cosa”, recuerda.
Perú es una de los pocos países que no cuenta con una ley de identidad de género. En la región, Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile y Uruguay ya han aprobado leyes que reconocen esta identidad para la población trans. El reconocimiento de una ley así en el país sería un primer paso para la igualdad de los derechos.
identidad de género - trans. Foto: Javier Quispe Arcasi / La República
Alfonso Silva-Santisteban, investigador del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad, Sida y Sociedad (CIISSS) de la UPCH, advierte sobre las diversas necesidades que tiene la comunidad transgénero, más allá de las intervenciones adscritas de un programa de VIH por parte del Minsa. Para el investigador se debe incidir en la salud mental, los diferentes procesos de cambios corporales, incorporar la presencia de los hombres trans y muchos más ejes de acción.
Silva-Santisteban agrega que es el mismo Estado quien debe garantizar la salud para toda su población. Sin embargo, en el caso de la comunidad transgénero, es el Gobierno “uno de los que más violenta y cierra las puertas”.
“Las necesidades de salud de las personas trans, en principio, son las necesidades de cualquier persona con la diferencia de que [en la comunidad trans] tienes una institucionalidad que te discrimina, que te dificulta el proceso, entonces se te hace difícil”, enfatiza el investigador.
Dania Calderón sabe que el sistema de salud en el país es malo y que son las instituciones las que la discriminan al negar su identidad de género. Además de ello, es el mismo personal sanitario quien rechaza a la comunidad trans. Ella lo ha vivido cuando aún llevada el nombre masculino que no la identifica en su DNI.
“No pedimos que nos traten como una princesa, de diferente manera, (...) lo que queremos es que nos traten de manera igualitaria (...). El maltrato que nos dan es llamarnos por nuestro nombre legal y tratarnos como masculino. Muchas veces es a propósito, a sabiendas de que somos mujeres trans (...). Muchas nos quedamos calladas porque lo normalizamos y sentimos que ser trans es algo malo y que nos atiendan es un privilegio”, comenta Dania.
lgtbi - salud - trans - discriminación. Foto: Composición LR
Según la Primera Encuesta Virtual para Personas LGBTI, 2017 del INEI, el 15.4 % de los encuestados había sufrido discriminación por parte del personal de los servicios de salud. Por ello, Dania relata que muchas de sus compañeras han preferido no asistir a un centro médico por la atención dada.
“Muchas nos morimos porque no vamos a los hospitales, porque no vamos a los centros de salud. (...) Tienes dolor, vas y te dicen ‘señor', tú reclamas y te dicen ‘acá eres un hombre', entonces te están maltratando. Todo eso hace que tú no vuelvas al centro de salud”, expresa Dania.
La República se comunicó con el Ministerio de Salud en más de una ocasión para que brinden su declaración sobre las acciones que contemplan sobre salud en la comunidad transgénero. Sin embargo, hasta la fecha la entidad gubernamental no respondió el pedido.
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Si bien la identidad de género es un primer paso de reconocimiento a la comunidad transgénero, las acciones deben ir más allá. En una charla virtual sobre el acceso a la salud por parte de la comunidad LGTBIQ+, organizada por AHF América Latina y el Caribe, activistas de Argentina, Brasil y Chile expresaron que todavía hay brechas estructurales para el reconocimiento de la comunidad transgénero.
La falta de capacitación a los profesionales de salud, otras políticas inclusivas más allá de la ley, el estigma y discriminación institucionalizada, y el reconocimiento por parte de la población son algunas dificultades que aún persisten, pese a contar en esos países con una ley de identidad.
La salud es un derecho universal y en una de la comunidad que se evidencia sus deficiencias es en la población transgénero. “Es una deuda importante (...). La comunidad de mujeres trans es el grupo más afectado por la identidad de género en la comunidad LGTBIQ+ y sigue siendo olvidada. No recibe el trato digno, como lo dice la constitución, como lo dicen los principios del ministerio. La salud debe ser dada como un trato digno a la persona”, sentencia Leyla Huerta.
En tiempos de COVID-19, Miluska Luzquiños, directora de la Red Trans Perú, expresa que se han detenido los tratamientos retrovirales para VIH y los tratamientos hormonales. Para Huerta, la directora de Féminas Perú, al no contar con una ley de identidad en el país, no se sabe si existe violencia durante la pandemia, ya que no hay registro.
“Desde antes de la pandemia, [el acceso a la salud] no se ha solucionado. Simplemente se suma un problema más y no sabemos qué está pasando. No puedes identificar porque legalmente no existimos las personas trans, entonces no hay forma cómo verificar eso”, finaliza Leyla Huerta.