Estados Unidos es hogar de millones de inmigrantes que han llegado en búsqueda de un futuro mejor. Sin embargo, la incertidumbre se ha apoderado de estas comunidades tras las declaraciones del presidente electo Donald Trump sobre una nueva ola de deportaciones masivas. Estas medidas, que prometen ser más agresivas que en su primer mandato, han generado temor y preocupación en diversos estados.
Mike Johnston, alcalde de Denver, dejó claro que no se quedará de brazos cruzados ante las medidas migratorias anunciadas por Trump. Declaró públicamente que está dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia, incluso la cárcel, por oponerse a las deportaciones.
"No permitiremos que nuestras comunidades sean desmanteladas", afirmó el mandatario local. Sin embargo, precisó que su postura no protege a quienes hayan cometido delitos graves, como asesinatos o violaciones.
Las palabras de Johnston generaron una respuesta inmediata por parte de Tom Homan, quien ocupará el cargo de "zar de la frontera" en la nueva administración de Trump. Homan advirtió que interferir en la labor de agentes federales constituye un delito grave y dejó abierta la posibilidad de procesar al alcalde si obstruye estas acciones. Pese a ello, Johnston aseguró no tener miedo y reafirmó su compromiso con los derechos de los inmigrantes.
Alcaldes de varios estados de EE. UU. han levantado su voz para apoyar a los inmigrantes que tienen temor a ser deportados por Donald Trump. Foto: Voz de América
La oposición a las políticas migratorias no es exclusiva de Denver. En Los Ángeles, el Concejo Municipal votó por unanimidad en contra del uso de recursos locales para actividades de inmigración federal. Por su parte, gobernadores de estados fronterizos como California, Arizona y Nuevo México anunciaron que no colaborarán en deportaciones masivas. Además, organizaciones humanitarias como Hope Has No Borders han reiterado su apoyo a las familias inmigrantes, destacando la necesidad de solidaridad en estos tiempos inciertos.
Mientras tanto, en Nueva York, las autoridades locales parecen alinearse con las medidas federales. El alcalde Eric Adams tomó decisiones controvertidas, como cerrar albergues para inmigrantes y cancelar programas de ayuda, en una muestra de respaldo a las políticas migratorias anunciadas.
Con un panorama tan polarizado, el futuro de millones de inmigrantes en Estados Unidos dependerá de cómo se desarrollen estas tensiones entre las autoridades locales y el gobierno federal.