Difícil. Así describió Eva Ayllón su vida durante una entrevista con la periodista Verónica Linares para su canal de YouTube 'La Linares'. La intérprete, quien acaba de cumplir 50 años de carrera artística, habló de varios aspectos de su trayectoria, como sus inicios, sus hijos y sus nietos. Sin embargo, lo que sorprendió a sus seguidores fueron las anécdotas de sus padres, su abuela y la influencia que tuvieron en la decisión de comenzar a cantar. Entérate en esta nota todos los detalles y las confesiones de Eva Ayllón.
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La artista reconoció que sus padres no estuvieron presentes durante su niñez. Además, indicó que quien la crio fue su abuela Eva. De hecho, el nombre real de Eva Ayllón es María Angélica Ayllón, sin embargo, en honor a su abuela, cambió su nombre artístico a Eva.
“Cuando crecí me di cuenta de que nunca estuve sola, que siempre estaba mi abuela. Entonces, ¿por qué esta pareja (sus padres), que eran unos extraños, me tenían que doler tanto?”, explicó.
La representante de música criolla contó que sus padres la abandonaron a los 9 años de edad. Explicó que hubo muchas discusiones que originaron finalmente su separación y, tras irse, la dejaron con su abuela Eva. Esta última fue quien impulsó su deseo de comenzar a ser la voz del criollismo en el Perú.
“Recuerdo el día de la separación, tenía 9 años. Ambos salieron de la quinta: mi papá salió por la mano izquierda y mi mamá por la mano derecha (…). A mi mamá la vi antes de que suba al carro y me abracé a sus pies diciendo que no me deje. Entonces, cada uno de ellos hizo su vida y desde pequeña estuve con mi abuelita. Recuerdo que lloré mucho”, sostuvo.
Pese a que era pequeña, cuando sufrió el abandono de sus padres, Eva Ayllón precisó que volvió a hablar con ellos, por separado, cuando creció y se volvió una exitosa cantante. Relató que visitaba a ambos en sus respectivos hogares y hasta pedía a su padre que escuchara sus discos antes que otra persona.
“Sí, me puse en sintonía con ellos después. Luego, con mi papá… Yo grababa un disco y nadie podía oír el disco si no lo oía primero mi papá. Y bueno, la negrita con su sofá de cuero italiano, todo pagado al contado, nada al crédito (…). Mi papá se sacaba los zapatos y se sentaba, cruzaba los dedos y cerraba los ojos y decía: ‘Sí, está bien… no, está perfecto’”, explicó.