Con más de 10 millones de seguidores en sus redes sociales, el humorista e influencer venezolano, Marko, es una de las figuras que ha opinado directamente sobre la política en su país natal. “Somos víctimas de gente con intereses tan negativos que nos ha tocado ir a buscar y ya ni siquiera se habla de calidad de vida, sino, nos ha tocado buscar una vida nueva, tener lo básico. Es triste migrar para poder tener agua, luz, gas, alimentos, eso debería garantizarse en cualquier sistema de gobierno”, declaró a La República antes de su presentación en Lima.
El creador de contenido cree que-en medio de la crisis por el éxodo- han sido sus compatriotas los que han hecho que su trabajo sea visto en los países de habla hispana. “Ha sido años de tristeza, de acompañar a mis hermanos, pero ya no trato de ponerme de ejemplo, sino, centrarme en ayudar. Nosotros teníamos un gran país, pero tenemos a terroristas- narcotraficantes en el poder, las cosas las digo como las tengo que decir. Pero tenemos fe, aunque la gente nos llama ilusos (sonríe), no la vamos a perder”.
Marko pasa conectado a sus redes sociales el mayor tiempo posible, “para mantenerse en el medio”, comenta. “Las redes son rápidas, es la carrera más corta. La gente quiere una reinvención constante”. Pero considera que, a pesar de la búsqueda de audiencia, hay ciertos límites que no se deben cruzar. "Antes los temas no se tocaban porque no querías, hoy queriendo o no, no puedes tocar un tema religioso y faltar el respeto, de preferencias sexuales o burlarse de la discapacidad, el algoritmo ya no te lo permite, lo cual me parece magnífico. Yo he tenido límites, pero también como todo ser humano he aprendido a los golpes...cuando te das cuenta estás metido en un mar de contenido que no es bueno para ti ni para el que está viendo. Es una responsabilidad, pero eso viene con la madurez, como los rockstars que eran unos locos dementes y ves la evolución como artista. Hay gente que no cambia porque entiende que ese es su contenido".
El ganador del Emmy por El poder de un post, presentará en Costa 21 este sábado la sátira ‘El poder del chisme’. “Es una parodia: yo vengo en defensa del chisme y puede ser hasta criticado, pero a todos nos ofende que nos digan chismosos, pero morimos y nos encanta cuando se pone el chisme que no es de uno (ríe)”. Dice que, debido a la idiosincrasia, "es un reto ver a un peruano riéndose en mi show ".
Por el momento, sostiene, no volverá a Venezuela. “No vuelvo mientras siga luchando y mostrando en mis redes la injusticia que pasa en mi país, ese es mi precio a pagar”.