En el pasado, el mes dedicado al circo era únicamente julio. Sin embargo, actualmente los espectáculos circenses se extienden también a agosto. Aunque cada vez se levantan más carpas, Pitillo, el primer payaso del Perú, manifiesta su preocupación por el porvenir del circo en el país. Esto se debe a que el uso constante del celular ha reducido el aprecio por las presentaciones escénicas y la oportunidad de disfrutar de un buen momento en familia.
‘ParaTodoMundo’ es el nombre que Pitillo ha puesto a su nueva temporada circense. “Es un show que se ha hecho con mucho cariño y queremos darle mucho entusiasmo al público. Es uno de los pocos espectáculos que puede disfrutar una familia completa y en esta época, ver eso es un lujo, ya que ahora la gente está tan dispersa por los teléfonos. Ya el entretenimiento se ha fragmentado completamente, o sea, ves una sala y cada uno está con su pantalla”.
En esta entrevista con La República, Pitillo también detalla lo difícil que es dirigir un circo. “Armar un espectáculo es como parir y eso lo saben los productores y los directores teatrales”, indica Hugo Muñoz, quien por segundo año consecutivo instaló la carpa del ‘Circo de la Alegría’ en el centro comercial Real Plaza de Puruchuco, que va hasta el 1 de setiembre.
—¿Cuánto tiempo te toma armar un nuevo espectáculo circense?
—Por lo general, los artistas todo el día están pensando en lo que quieren hacer y cuando hay una buena idea, la apuntan. Todos los artistas nos pirateamos en algo. Hay un libro que dice ‘roba como un artista’, no necesariamente copiar, pero sí robar cosas de otras artes. El circo es un libro abierto y se abre a muchas posibilidades. Desde enero y febrero, le vas dando forma a los actos que quieres hacer y ver si están disponibles.
—¿Cómo haces para captar a los grandes artistas circenses?
—Normalmente, hay agentes artísticos que le hablan a los empresarios. En mi caso, viajo mucho trabajando. Me hago contratar en otros espectáculos en Europa para contactar (a otros artistas). Siempre estoy disponible para trabajar para otros circos fuera del Perú porque eso hace que valide mi trabajo. No me conformo con ser el payasito conocido, trato de mantener vigencia yéndome a otro sitio. Además, veo otras producciones y veo cómo se está produciendo afuera. Y todo eso lo traigo para acá.
—¿Qué es lo más complicado de ser el director artístico de una carpa?
—A mí me gusta hacer de todo, tanto la música como la puesta en escena. El circo tiene su encanto, es como estar en el patio de tu colegio dirigiendo la orquesta y moviendo las ollas.
Pitillo: "Trato de mantener vigencia yéndome a otro sitio". Foto: Leonardo Santana/La República
—¿Cómo sobrevive un artista circense peruano que no tiene las mismas posibilidades que tú?
—El arte es una vitrina permanente y si eres un buen artista, siempre estás trabajando y tienes muchas posibilidades. No vivimos del mecenazgo artístico como en otros países, como Rusia. En la pandemia, he hecho fiestas infantiles y circo por Zoom. Entonces, uno siempre tiene que estar buscándola.
—¿Crees que el nivel de entretenimiento en vivo se está convirtiendo, para muchos, en su última opción?
—Vivimos tan rodeados de pantalla, que el circo vendría a ser el último baluarte del espectáculo en vivo con participación del público. Si bien hay espectáculos teatrales y otras opciones que rompen la ‘cuarta pared’, pero el común varieté de participación es la magia del circo, por eso lo defiendo a capa y espada; no solamente contra las pantallas, sino también contra la farándula y lo mediático. Siempre he sido muy crítico de los circos mediáticos, no tengo nada en contra de los personajes de televisión, pero yo no me meto en la tele a quitarle la chamba, entonces no se metan.
—¿Por eso has dejado de ir a la televisión?
—Yo voy mucho a la tele mucho, hago promoción del espectáculo, pero no voy a pisar el poncho a nadie. De hecho, soy un personaje mediático porque el origen es de un comercial, aunque mi trabajo es de pequeño. Me sirvió como una vitrina, pero no soy una criatura televisiva.
—¿Te han propuesto ser parte de un programa de TV?
Ha habido mucha intención, pero como siempre les doy duro, a la mera hora se enfría (la propuesta). De hecho, no tengo problemas en decir que mi primer socio para hacer circo fue Ernesto (Pimentel). Si no fuera por su oferta, no hubiera abierto el circo porque él me ofreció. Sin embargo, siempre he sido reaccionario. Y a veces me decía ‘pero tienes que hacer propaganda’.
—Ernesto Pimentel da vitrina a otros circos. ¿Por qué ya no vas a su programa?
—Siempre he ido… cuando éramos socios. Cuando dejamos de serlo, ya no (risas). Él es generoso en la medida que comparte no solamente su circo, sino que pone en vitrina a mucha gente. Él tiene mucha afinidad con el circo y cada día ha mejorado su espectáculo, desde que fuimos socios pues.
Pitillo revela que Ernesto Pimentel fue su primer socio del 'Circo de la Alegría'. Foto: Leonardo Santana/La República/Carlos Contreras/La República
—¿Mejoró gracias a tus enseñanzas?
—Cuando empezó la aventura en el 2012 y al ser asociado, le compartí el ir a festivales y ver otros mercados para adquirir carpa. No sé si se han dado cuenta de que, de un momento a otro, todos los circos tienen buena carpa y buena estructura interna.
—¿Eso es positivo, no?
—Claro, en una época eran puras carpas de lona y bien rasca. Y ahora todos se pituquean. Y eso se dio a partir del 2012.
—¿Qué circo fue tu referente?
—Yo agradezco a La Tarumba porque en el 2009 me tocó actuar con ellos y gracias a esa actuación, se dio el comercial (que lo hizo famoso). Por eso, a Fernando (Zevallos) siempre le reviento sus cohetes. Él quiere mucho a mi papá porque lo inspiró a ser payaso y cuando lo ve, se pone a dar saltos mortales. Él quiere a Pitillo, pero a mi papá, no a mí (risas).
Pitillo muestra su show en el Real Plaza de Puruchuco. Foto: Ticketmaster