En 2011, Mark Vito, entonces esposo de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, registró la marca ‘Keiko’ ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). Gracias al consentimiento de Fujimori, Vito pudo emprender en el sector de la joyería y la bisutería. Sin embargo, la falta de actividad comercial llevó a la cancelación de la marca en 2017, cuando la empresa argentina ‘Kiko’ solicitó formalmente al Indecopi su anulación, poniendo fin a su emprendimiento.
Desde su creación, la marca buscaba posicionarse en el mercado de metales preciosos y joyería. No obstante, la inacción de Vito durante un periodo de tres años resultó en la pérdida de derechos sobre la marca, destacando la importancia de mantener un uso activo para proteger el valor de una propiedad intelectual.
De acuerdo con el artículo 136 del Régimen Común sobre Propiedad Industrial, registrar marcas que utilicen el nombre de personas sin su consentimiento está prohibido. Sin embargo, Keiko Fujimori aceptó ceder su nombre, lo que permitió a Mark Vito obtener el registro en la clase 14 de la Clasificación Niza, que abarca artículos de joyería, bisutería y metales preciosos.
A pesar de contar con un nombre fuerte y reconocido, el negocio de Vito nunca prosperó. Tras obtener el registro, no realizó ninguna actividad comercial, lo que llevó a la empresa 'Kiko' a solicitar la cancelación de la marca 'Keiko' por falta de uso. Según la ley, una marca puede ser cancelada si no se utiliza durante un periodo de tres años. Esta normativa facilitó la solicitud de 'Kiko', sustentada en la inacción de Vito, quien había perdido el interés por su marca.
Lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Foto: Andina
El 12 de diciembre de 2017, el Indecopi decidió cancelar la marca KEIKO, firmando la resolución Hugo Fernández Gonzales Coda, quien ocupaba el cargo de vicepresidente de la comisión de Signos Distintivos en ese momento. Esta decisión significó la pérdida del nombre para Mark Vito y resaltó la importancia de mantener una actividad comercial activa para proteger los derechos sobre una marca.
Este suceso sirve como un recordatorio de que el vínculo entre una marca y la identidad de una persona tiene un valor comercial significativo, el cual debe ser respaldado mediante el uso constante de la misma. Para los emprendedores, este caso subraya la necesidad de registrar su marca y de comprometerse a hacerla crecer y prosperar en el mercado.