El ministro de Economía y Finanzas, José Arista, nuevamente se animó a pronosticar resultados óptimos para el PBI, ahora, de cara a agosto y setiembre, considerando que en julio se registró un crecimiento de 4,5% —inesperado y sorpreviso, según especialistas consultados por este diario—.
Arista sostuvo que la recaudación tributaria sigue creciendo a tasa de doble dígito, y otros indicadores claves en la producción nacional como el consumo de electricidad y de cemento, también van por ese camino, así como las transacciones monetarias y tarjetas de crédito.
“Entonces, eso nos vislumbra que vamos a tener un mes de agosto bueno y setiembre también será muy bueno”, dijo a TV Perú.
El exjefe de la Sunat, Luis Arias Minaya, comenta que para el tercer trimestre el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) espera que el PBI suba 3,5%; y si julio dejó una tasa de 4,47%, agosto y setiembre traerán “resultados de crecimiento moderados”.
No obstante, considera que el ministro José Arista carga con un dilema que no parece observar: la economía crece por el impulso a la construcción y manufactura ligada porque crece el gasto público a doble dígito, y se tiene un déficit “fuera de control”.
“Si el gasto público crece y también se tiene la liberación de ahorros de las AFP, es probable que el PBI llegue alrededor del 3% en el año pero que no se cumpla la regla del déficit fiscal por el gasto público fuerte”, anotó para La República.
Desde el BBVA Research estiman que en agosto podría haber “una moderación del ritmo de expansión” del PBI, ya que la inversión pública creció 21% en términos reales frente al 33% de julio; y la producción de electricidad aumentó 2,5% en agosto.
Además, el consumo privado —que cerró 2023 con su peor resultado en poco más de dos décadas— se eleva por la mayor disponibilidad de liquidez por la liberación de los fondos previsionales ya mencionados por Arias Minaya. En agosto, el consumo anotó una variación de 11,3% —segundo mes al hilo retrocediendo pero siempre a doble dígito desde junio—.
El BBVA considera que la economía peruana culminará el año entre 3,0% y 3,5% en la segunda mitad del año, tras una tasa de 2,5% en el primer semestre.
Es menester precisar que el crecimiento virogoso de abril y mayo —del que el régimen de Boluarte se mostró orgulloso— respondió a la ausencia de anomalías climáticas que golpearon a la pesca en el mismo periodo de 2023.
Desde Fitch Ratings advirtieron que el déficit fiscal de Perú será mayor al previsto por segundo año consecutivo, ubicándose en 3,4% del PBI —lejos de la ratio de 2,8% planteada por el MEF—.
A juicio de Alonso Segura, presidente del Consejo Fiscal, este escenario de ruptura de reglas erosiona la credibilidad fiscal y podría, en el peor de los casos, traer mayores rebajas de las calificaciones crediticias. Actualmente para Fitch Ratings es de BBB: el penúltimo escalón antes de perder el grado de inversión y pasar al grado especulativo. La perspectiva también es negativa.