El Perú no ha logrado superar el 4% de crecimiento económico desde el 2013 (sin incluir el 2021), advirtió Óscar Chávez, jefe del IEDEP de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Esta cifra es importante porque, según coinciden todos los economistas, una tasa de crecimiento anual sostenida del 4% es necesaria para sostener toda la masa salarial, que se estima aumenta anualmente con la incorporación de 200.000 jóvenes al mercado laboral, así como en la calidad de vida de las personas y en la reducción de la pobreza.
En esa línea, la CCL proyecta que el 2023 terminará con una contracción del Producto Bruto Interno (PBI) de 0,5%. Principalmente, por la baja construcción (-8,7%) y manufactura (-5,8%) debido a la incertidumbre política y a las protestas sociales. Asimismo, los eventos climatológicos adversos en agropecuario y pesca también tuvieron performances negativos de -2,9% y -16,8%, respectivamente.
En contraste, otros rubros, como minería e hidrocarburos (7,7 %), comercio (2,5 %) y servicios (0,3 %), se han elevado contribuyendo a una recesión más moderada.
Para 2024, el IEDEP de la CCL proyectó un avance del 2,6%, ya que la mayoría de sectores tendrían un crecimiento moderado por un efecto de rebote económico y un fenómeno de El Niño no tan fuerte.
De esta forma, manufactura tendría un alza de 3,8%, mientras que construcción llegaría a 3,6%. En tanto, minería e hidrocarburos avanzaría acotadamente en un 2,7%, y comercio y servicios mantendrían una expansión del 3,3% y del 2,7%, respectivamente.
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Además, el consumo privado tendría un rebote de 2,9% y la inversión en 1,9%, lo que también implica una subida en las exportaciones del 3,7%.
“Detener la recesión no significa ni reactivación ni crecimiento sostenido. Frenar la recesión evitará el quiebre de negocios, la caída del empleo y el riesgo de que el sector real contagie al sector financiero y desencadene una morosidad en los créditos a empresas, créditos de consumo e hipotecarios”, agregó Chávez.