En el Perú, los jóvenes continúan siendo unos de los grupos etarios que más les está costando recuperarse tras la COVID-19 y la coyuntura política. Muestra de ello es que, solo en Lima Metropolitana, la población económicamente activa disminuyó casi un 10,7% en las personas de 14 a 24 años durante noviembre, lo que equivaldría a 101.000 puestos de trabajo, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Al respecto, la especialista en empleabilidad juvenil, María José Gómez, directora de la Fundación Forge para Perú, Colombia y Ecuador, comentó que “los jóvenes poseen las tasas de desempleo e informalidad más elevadas en América Latina y el Caribe. Esto sucede porque la brecha entre las competencias laborales y las requeridas por el mercado es grande, lo que genera un desarrollo de los trabajos informales”.
El INEI también detalló que la población ocupada disminuyó en 9,3% (-72.300 empleos) en los jóvenes de Lima Metropolitana frente a la recuperación de otros grupos etarios como los de 25 a 44 años, que creció en 5% (122.200), y los que tienen de 45 a más años de edad, que se elevó en 10,8% (169.700).
“Estamos viviendo una desaceleración de la recuperación del empleo juvenil a nivel nacional como consecuencia de la inestabilidad política en la que vivimos. Necesitamos un consenso entre los grupos políticos de poder para generar una pronta recuperación, pues los únicos damnificados son los jóvenes y familias peruanas”, declaró Gómez.
Además, añadió que son necesarios programas de formación laboral para poder capacitar a los jóvenes no solo con las habilidades blandas más demandadas por el mercado, sino con competencias tecnológicas. “Solo de esta manera los índices de empleabilidad en los jóvenes pueden cambiarse y hacerse más sostenibles en el tiempo”, destacó.