La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que los países deben instaurar sistemas que minimicen los riesgos en los lugares de trabajo ante futuras emergencias sanitarias, con el doble objetivo de proteger la salud de los empleados y garantizar la continuidad de las operaciones de las empresas.
El ente multilateral advirtió que para ello se requerirán inversiones en infraestructuras y que esto debe hacerse como parte de los planes nacionales de preparación para emergencias como la pandemia del coronavirus.
”Se ha demostrado con creces la importancia de contar con un entorno de salud fuerte, resiliente y seguro”, indica el estudio preparado con ocasión del Día Internacional de la Salud y la Seguridad Laboral.
El organismo acotó que la salud de los trabajadores en general está en riego si trabajan en ambientes cerrados y deben pasar sus jornadas a distancias muy cortas de otras personas.
El informe también se refiere al teletrabajo al que se le señala como esencial para limitar la propagación del virus y mantener los empleos que han borrado para muchos la frontera entre trabajo y vida privada.
Otro sondeo encargado por la OIT aseguró que el 65% de las empresas reportaron que la moral de sus trabajadores estaba sufriendo y que aumentaban sus dificultades para seguir trabajando desde casa. No obstante, la mayoría de colaboradores en los países en desarrollo no pudieron teletrabajar y se calcula que 1.600 millones de ellos tuvieron que seguir trabajando como lo hacían antes de la pandemia.
Ello debido a que formaban parte de la economía formal y carecían de sistemas de protección social que pudiese garantizarles un ingreso en este periodo de crisis.