A pocos días de que se acabe el año, finalmente el Ejecutivo aprobó una serie de modificaciones al programa de garantía para el Financiamiento Agrario Empresarial (Fae-Agro), el cual incluye extender su vigencia hasta junio del 2021.
Dicho programa cuenta con un fondo de 2.000 millones de soles, de los cuales, solo se logró colocar cerca de 47 millones, pese a que la agricultura familiar atraviesa por un mal momento debido al impacto económico por la COVID-19. Los pequeños productores ya habían advertido de esta situación desde fines de setiembre.
De esta forma, extender la fecha para la colocación de los créditos “promoverá el financiamiento de los pequeños productores agropecuarios que se vean afectados por el contexto internacional y local adverso. Esto se dará a través de líneas de crédito revolvente de manera exclusiva para capital de trabajo, a efectos de garantizar las campañas agrícolas tanto de cultivos transitorios como permanentes, incidiendo en el abastecimiento de alimentos a nivel nacional”, sostiene el gobierno.
Asimismo, la norma establece que Cofide se encargue de la administración del Fae-Agro, incluyendo la verificación de los préstamos que componen las carteras de créditos y las líneas de crédito revolvente para capital de trabajo, otorgados por las ESF o COOPAC, que cumplen con los requisitos y condiciones para acceder a la garantía. Cofide verificará mensualmente que las condiciones de calificación de los pequeños productores agropecuarios se cumplan.
La gestión de la cobranza de la cartera de créditos también es obligación de las ESF y las Cooperativas, debiendo agotar todos los medios disponibles y demostrar la debida diligencia en esta función hasta agotar las acciones necesarias para la cobranza de la cartera de créditos, incluso en los casos en los que se haya honrado la garantía por parte del Estado.
Finalmente, las ESF y COOPAC remiten a COFIDE un reporte semanal de los créditos colocados, en el marco del Fae-Agro. Del mismo modo, deben reportar mensualmente toda la información de las carteras asociadas a las líneas de crédito revolvente otorgadas.
De acuerdo a la proyección del Gobierno, los pequeños productores agropecuarios que son parte de la agricultura familiar se han visto gravemente afectados por la propagación de la COVID-19 y por las medidas implementadas para su contención.
En ese sentido, las proyecciones del PBI agropecuario tienen un escenario alarmante considerando el impacto de la pandemia, en la que se previó menores cosechas a partir del mes de setiembre del año 2020, pues aún cuando se ha dado reinicio a las actividades de consumo de productos agrícolas, todavía se encuentra en un nivel muy escaso. Por ello, la agricultura sigue siendo afectada bajo este escenario.
Asimismo, la estimación del Instituto Apoyo proyecta que el crecimiento económico del valor bruto de la producción (VBP) de la actividad agropecuaria sería de -2,1% para el año 2020, en el que registraría una tasa de crecimiento de -2,3% para la actividad agrícola y un crecimiento de -1,9% para la actividad pecuaria.