Ante la COVID-19 en el Perú, Unicef advirtió que 1′233.676 niñas, niños y adolescentes caerán en la pobreza para este año. Considerando los 2,9 millones registrados en 2019, el país contaría con 4,1 millones de menores en esta condición a fines de 2020.
Pablo Lavado, profesor e investigador de la Universidad del Pacífico, explicó que ello representa un retroceso de casi una década, debido a que la pobreza monetaria de este grupo pasará de 26,9% en 2019 a 39,9% en 2020, acercándose a lo registrado en 2010 (41%), y para 2021, esta llegaría a 32,1%.
Evolución de pobreza monetaria en niños y adolescentes. Foto: Unicef
Por otro lado, en 2019, cerca de 452.000 menores se encontraban en la pobreza extrema, y para el presente año se sumarían otros 522.000, dejando a 974.000 niñas, niños y adolescentes en el grado más crítico de la vulnerabilidad social.
Lavado destacó que Unicef recomienda que se debe mejorar la información para identificar a los hogares en situación de pobreza, focalizando con eficacia el padrón de hogares y ampliando la cobertura digital del Gobierno.
Asimismo, mantener medidas como el apoyo económico a estas viviendas, vouchers electrónicos que cubra la canasta mínima alimentaria y subsidios para costos laborales a las empresas formales, dado que el crecimiento de la pobreza monetaria va de la mano con la pérdida de ingresos y empleo.
Finalmente, es crucial el fortalecimiento de la protección social, potenciando programas como Haku Wiñay y Pensión 65, así como la cobertura de estos y servicios de cuidado diurno, lo que facilitaría la empleabilidad.
''Que una crisis temporal no deje huellas permanentes en las niñas y niños del Perú'', precisó Hernán Winkler, economista senior del Banco Mundial, quien reconoció que ante la pandemia se afectan tres grandes derechos de este grupo: la seguridad alimentaria, acceso a la salud y a educación.
Además, Winkler señaló que el empleo descendió a -42% en los hogares con niños menores de 7 años durante el segundo trimestre de 2020.
Pese a que la caída del empleo fue menor en zonas rurales (-11%), el desplome de los ingresos laborales fue mayor en este ámbito, ubicándose en -44% (-27% en el urbano).
Finalmente, el representante del BM aclaró que la falta de conectividad es una barrera importante para acceder a la educación porque hasta el 30% de menores no aprende desde ante la falta de dispositivos.