-Hay un clima político muy complicado por los audios que comprometen al presidente Martín Vizcarra y sus colaboradores, por la moción de vacancia y el intento de golpe desde el Congreso al Ejecutivo, en un momento donde también está en proceso una interpelación a la ministra de Economía, María Antonieta Alva. ¿Cuáles son las implicancias de esta crisis política en la economía del país?
-Habría que diferenciar los casos que mencionas. El caso de la moción de censura e interpelación a la ministra de Economía y el segundo caso, el pedido de vacancia presidencial. En el primero el Congreso estaría actuando de acuerdo a todas sus atribuciones; es decir, el Congreso puede interpelar a un ministro de Estado y evidentemente puede censurarlo. Un ministro censurado está obligado a renunciar. Es un procedimiento que sí está claramente establecido por la Constitución, donde el Congreso tiene esas atribuciones. Lo que podemos cuestionar es el momento en el que se hace esto. Evidentemente, no es el mejor momento porque como tú bien mencionaste, estamos en medio de una crisis pandémica por Covid-19, adicionalmente estamos en una recesión bien clara, sin visos de revertirse en el corto plazo.
-¿Y en el caso del pedido de vacancia presidencial?
-Es un caso distinto, el caso que atañe al presidente de la República, porque allí sí estaríamos hablando de una suerte poco clara definición de lo que es la incapacidad moral permanente. Desde el momento en que estos conceptos que están puestos en la Constitución, no han sido debidamente establecidos a través de leyes de desarrollo, evidentemente hay un margen de discresionalidad muy importante, y en la medida que la hay, lo que vamos a ver es que se generan expectativas negativas o pesimistas y eso trae factura por el lado de las decisiones de consumo y de producción. Diría, en una primera aproximación, los resultados de esta malhadada actuación del Congreso en el caso del señor presidente de la República.
-El viernes, un día después de la emisión de los audios que comprometen al presidente y sus colaboradores, la Bolsa de Valores de Lima registró una baja importante en sus indicadores, mientras también hubo un comportamiento al alza en el tipo de cambio. Veremos qué ocurre hoy … Pero ¿Qué puede ocurrir con otros indicadores como el nivel de riesgo país?
-Este nivel de incertidumbre por la parte política trae factura por la parte económica. Hay algunos indicadores son los primeros que reflejan esta incertidumbre, es el caso del dólar. Siempre hay maniobras especulativas cuando suceden estas cosas de cuestionables o suceptibles de críticas diversas. También hay que ver el riesgo país, que se calcula a través del EMBI (Emerging Markets Bonds Index o Indicador de Bonos de Mercados Emergentes) calculado por el JP Morgan que no solamente incorpora variables económicas sino también variables políticas para calcularlo. Evidentemente, a pesar que el Perú es el país en la región con el segundo nivel más bajo de riesgo país, probablemente este riesgo país se incremente en los próximos días en la medida que no haya una resolución definitiva en el caso del señor presidente de la República. Pero insisto, acá hay un problema que lo vería por el lado institucional.
-¿Cómo así?
-Por ejemplo, para poder producir, se necesita capital, mano de obra, capacidad empresarial y tecnología. Pero lo que no se dice es que para definir las expectativas positivas de los agentes económicos y producir, un elemento principal es que funcionen las instituciones. Quiere decir, que en la medida que se busque conciliar, en el caso de las instituciones públicas, conciliar los intereses de distintos grupos. En el caso del Congreso, no está cumpliendo con ese mandato porque está actuando discrecionalmente. Esa falta de previsibilidad sobre lo que hacen las instituciones, sobre todo las públicas, origina expectativas negativas y esas expectativas negativas o falta de confianza, se refleja en la postergación de las decisiones de producción o de consumo a consecuencia de lo que acabo de presentarte.
Kurt Burneo Farfán, en RTV Economía 14 de setiembre 2020.
-Cuando hablamos del riesgo país, estamos hablando de la calificación crediticia que tiene el Perú para acceder a créditos baratos en el extranjero. ¿De esto estamos hablando?
-Lo explico así. El bono más seguro a nivel internacional es el bono del tesoro americano, es visto como el activo de mayor seguridad. Estamos hablando de una tasa de 2% del bono a diez años. Como el Perú no tiene el mismo nivel de riesgo de Estados Unidos, sino mayor, entonces, el riesgo país son los puntos adicionales que tienes que incrementarle al bono más seguro del mundo, los bonos del tesoro americano, para poder calcular cuánto es es el mínimo de rendimiento que tendría que recibir cualquier bono o activo financiero del Perú en los mercados internacionales. Obviamente, en la medida que hay mayor riesgo eso implica que habrá un costo fondeo de financiamiento más grande no solo del Estado sino también de las empresas privadas en general.
-¿Además de la Bolsa, el dólar, el riesgo país, qué otros indicadores económicos se impactan con una crisis política?
-Lo que se tendrá es una ralentización, es decir una más lenta recuperación de la actividad económica. Si de por sí el plan de reactivación tenía problemas en sus tres fases lanzadas, de exhibir resultados auspiciosos en términos de reactivación de la economía, obviamente con este tipo de noticias, esa suerte de recuperación económica será mucho más lenta y va llevar mucho más tiempo, en tanto y cuanto persistan este tipo de situaciones, donde insisto una vez más, la institucionalidad se pone en juego como un factor, que en este caso, estaría en contra de la reactivación económica y en contra de la necesidad de un mayor nivel de estabilidad económica del país.
-Las medidas tomadas por el gobierno, sean oportunas o no, buenas o no, estaban permitiendo en parte, la recuperación de la economía. Aunque las cifras del PBI siguen estando bajo cero, con la apertura gradual de las actividades económicas, es cada vez menor la caída, lo que indica que hay recuperación. ¿Esta tenue recuperación económica cómo se verá perjudicada con estos sucesos políticos?
-Definitivamente por el lado de las expectativas. Si ves que las instituciones, que son el elemento importante para que funcionen las empresas, porque en la medida que las instituciones públicas deben responder al interés público y no a intereses grupales como parece serlo en el caso del Congreso actual, pero a donde voy es que esa suerte de predictibilidad sobre el comportamiento de instituciones tan importantes como el Congreso, evidentemente es la base para que surjan más expectativas pesimistas, haya más desconfianza y por lo tanto se demoren más en el tiempo, las decisiones de los empresarios para invertir o decisiones de los consumidores para comprar. Uno puede decir, en qué medida los inversores se demoran cuando ven que la plaza económica llamada Perú muestra muchos signos de falta de predictibilidad, obviamente ello implica mayor riesgo y se va a exigir mayor rendimiento de las inversiones para poder compensar ese riesgo mayor. En tanto cuanto dure estos procesos de crisis por la parte institucional, definitivamente es muy difícil pensar que las expectativas van a revertirse hacia el lado positivo. Muy por el contrario, las expectativas de los inversores y consumidores van a ir hacia el sesgo más pesimista, lamentablemente, como consecuencia de estos hechos.
-Más allá de la crisis política, la pandemia genera zozobra en la economía, en los planes de inversión, en el empleo. Qué tanto la crisis política, como un pedido de vacancia presidencial, por ejemplo, y en caso ocurra, ¿cómo incidiría esto en la inversión pública, se paralizaría todo, y en el caso de la inversión privada también?
-Está claro que, si se llegara a la vacancia del presidente, habría un terreno bastante volátil para las decisiones de los agentes económicos. En el caso específico de una eventual vacancia del presidente, primero echaría más luces sobre la falta de institucionalidad adecuada o sobre la falta de predictibilidad de las instituciones en el Perú, como en el caso del Congreso. Si se procediese de otra forma, en el caso de que hubieran ilícitos cometidos por el lado del presidente, esto se debería ver por el lado del Ministerio Público y el Poder Judicial en su debido momento. Por otro lado, ese tema de permanente incapacidad moral es un tema bien debatible y discutible, en el sentido de perfilarse mejor y que sea el Congreso quien dictamine una vacancia presidencial con todos los efectos adversos que caen sobre la economía, desconfianza por el lado del sector privado, ralentización de las decisiones de inversión y por el lado del sector público obviamente estaríamos hablando de un cambio de administración que nada bueno le hace al país, faltando seis o siete meses para la culminación del mandato. Ese sería el peor de los escenarios, sin duda.
-¿Y qué espera del Congreso?
-Espero que esto no prospere y que las maniobras desarrolladas por el presidente del Congreso, que definitivamente ha politizado el tema, por un lado; y por el otro, el hecho de respetar la institucionalidad y la división de poderes es clave para que los agentes económicos puedan tener más credibilidad en una plaza financiera como el caso nuestro.
-Precisamente este pedido de vacancia presidencial, de alguna forma estaría desinflándose, luego de lo ocurrido y luego de las conversaciones telefónicas que tuvo el presidente del Congreso con altos mandos militares, lo que implicaría, de alguna forma, un intento de como ver la actividad castrense también se inmiscuye en estos asuntos. Pero veamos, muchas veces en el Perú se señala que los asuntos económicos y los asuntos políticos van por cuerdas separadas. ¿Esto sigue siendo así?
-Diría que ya no. Si esto me lo hubieran preguntado hace dos años o año y medio, diría que no. Pero ahora, lamentablemente sí hay una suerte de contaminación de la crisis política sobre la situación económica. No solo porque estamos en una situación difícil por el lado de la salubridad, no solamente porque estamos en una recesión que todavía no hay visos que se puedan revertir los números negativos sustantivamente. Recordemos que el Banco Mundial, proyectó para el Perú en el mejor de los casos una contracción de la actividad económica del 12% y evidentemente estamos hablando de números mayores, pero esta suerte del surgimiento de expectativas negativas o pesimistas como consecuencia de esta suerte de indefiniciones en la parte política, evidentemente pasan factura por el lado de la confianza. Y como te decía, el inversor se vuelve mucho más prudente al ver que la cosa institucional no está bien demarcada y definida en el país, y en el caso del consumidor también. Aquellos que detentan todavía de ingresos y flujo de ingresos por su trabajo, lo van a pensar varias veces antes de gastar, sabiendo que a consecuencia de la crisis política sus puestos de trabajo pueden estar en peligro debido a una falta de demanda de los productos que fabrica la empresa donde esté laborando. Por donde lo veamos, la generación de expectativas negativas a consecuencia de esta suerte de indefiniciones políticas trae factura por el lado del consumo y la inversión a la vez con lo cual se cae el gasto, se cae la demanda y de nada sirve haber apuntalado empresas por el lado de la oferta, con capacidad de producción como consecuencia de los programas gubernamentales asociados en este sentido, sino independientemente de que las empresas estén en capacidad de producir no lo van a hacer sencillamente por falta de demanda, que surge por la ralentización de decisiones de consumo y de inversión en nuestra economía.
Entrevista a Kurt Burneo (der) en RTV Economía por el periodista Rumi Cevallos (izq.)
-Esto es RTV Economía, el programa económico del diario La República. Y tenemos los resultados de este sondeo rápido que hemos lanzado al inicio del programa. La pregunta es: ¿Podrá superarse la crisis política actual y su impacto en el país? La respuesta de nuestro público es: SÍ: 67%. NO: 33%. ¿Cuál es su comentario a estas cifras?
-Son resultados absolutamente deseables, y ojalá que en la práctica podamos revertir la situación de crisis política para que deje de afectar la parte económica. En realidad, y es una opinión muy personal, que a raíz de lo que ha sucedido y de lo que se conoce, el pedido de vacancia presidencial ya se cae. Varios grupos han señalado que no van a avalar una vacancia presidencial, pero independientemente de eso de que tengamos algunos días más sobre este asunto. Creo que en la medida que haya personas en el Congreso, con todas las críticas que se puedan hacer, pero hayan personas que tengan una perspectiva mejor del país, señalando claramente la necesidad de que el peor escenario sería vacar al presidente y que haya gente con esa buena voluntad, creo que podríamos pasar de un episodio nefasto por la parte de expectativas, pero que va durar pocos días cuando el día viernes se reúna el Congreso, pero eso está sujeto a ciertas decisiones que tomara el Tribunal Constitucional sobre la base de un requerimiento actual del Poder Ejecutivo en el sentido de definir cuáles son los niveles de competencia y si el Congreso tiene ese nivel de competencia para calificar al mandatario una incapacidad moral permanente y además si responde el Tribunal Constitucional a un recurso, por ejemplo, para suspender las acciones del Congreso hasta que lo resuelva el Tribunal en la parte de base, de fondo, si es que el Congreso tiene competencia para definir la incapacidad de un presidente sobre la base de una incapacidad moral permanente.
-La ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva informó recientemente en el Marco Macroeconómico Multianual que la economía peruana tendrá un decrecimiento de -12% este año, pero que para el siguiente se espera un rebote, es decir un repunte en el crecimiento de 10%. ¿Con la crisis política en cuánto podrían variar estos estimados?
-No le cabe otro rol a la ministra de Economía que ser optimista en todo el sentido de la palabra. Lo que vamos a ver para el próximo año es un efecto rebote para los meses de marzo, abril, mayo, junio y julio, como consecuencia de la base de comparación en dichos meses donde la recesión se acentuó. Pero el punto es el tema de la sostenibilidad fiscal, que para mí es lo principal. Para el próximo año está previsto una contracción fuerte del gasto público en la medida de lograr que el déficit pase de 10% a un aproximado de 6,5%. El problema está en que cualquier ajustón fiscal, llámese subida de impuestos o reducción de gastos, tiene un efecto contractivo sobre la economía, entonces no me queda claro las expectativas favorables y optimistas para el próximo año, que si bien es cierto, por efecto rebote o efecto estadístico de marzo a julio sin duda el PBI va repuntar, pero insisto, la parte de la sostenibilidad fiscal es el gran tema para asegurar una indispensable recuperación económica el próximo año, aunque esto creo que va ser tarea de la nueva administración, sin duda.
-Sus palabras finales para despedirse de nuestro público
-Esperamos que la confianza se restituya y que estos eventos políticos estén acotados en implicancias. Ojalá que se caiga la vacancia, que creo será el viernes, y por lo tanto la idea es, en términos de tareas, una tarea indispensable para la próxima administración no solo será la recuperación de la economía sino también el funcionamiento adecuado de las instituciones. Cuando las instituciones no funcionan en términos adecuados, se generan expectativas pesimistas y eso evidentemente pasan factura por el lado de decisiones del consumo y decisiones de inversión.