Una de las consecuencias de la desaceleración económica en el mundo es que no se generen más puestos de trabajo. Es por ello que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que en los próximos dos años la tasa de desempleo mundial se mantendrá en 5,4%, tal como se situó en el 2019.
Esta perspectiva no es nada positiva para la población, ya que la tasa de desempleo había disminuido entre 2009 y 2018. En esa misma, línea el organismo prevé que la tasa combinada de subutilización de la fuerza de trabajo se estabilice ligeramente por encima del 13%.
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“La reducción subyacente del crecimiento del empleo está relacionada con una desaceleración de la actividad económica mundial, especialmente en el sector manufacturero. Dado el alto nivel de incertidumbre sobre la forma en que las tensiones comerciales y geopolíticas de los próximos años incidirán en la confianza de las empresas y los consumidores y, por consiguiente, en la creación de empleo, es difícil predecir cómo evolucionarán las diversas medidas de la infrautilización de la fuerza de trabajo”, señala el informe de Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo de la OIT.
Asimismo, se indica que la generación de empleo ha sido impulsada por los países de altos ingresos a pesar de su bajo nivel medio de crecimiento económico durante la última década. Mientras que en los países de ingresos medios siguen manteniendo tasas de desempleo elevadas y resulta complicado revertir la situación debido a las perspectivas de la economía mundial.
“Esto puede servir para refutar las afirmaciones de que el cambio tecnológico está llevando a pérdidas masivas de empleos. Sin embargo, el crecimiento del empleo en los países de altos ingresos se produjo a costa de reducir el crecimiento de la productividad laboral, ya que los puestos de trabajo se crearon principalmente en el sector de los servicios, en el que el valor añadido medio por trabajador es relativamente bajo”, indica el informe.
Informalidad
La OIT también evidencia que no siempre “el acceso a un trabajo remunerado es un trabajo decente”, y es que la necesidad de poder conseguir un trabajo hace que las personas dejen de tomar en cuenta si es un trabajo formal o informal.
Según datos de la OIT, son cerca 2 mil millones de trabajadores informales en el mundo, lo que representa el 61% de la fuerza de trabajo mundial.