En Japón, cada año a principios de abril, miles de estudiantes a punto de graduarse se pasean con su trajes de negocios y sus maletines lleno de currículos con la esperanza de conseguir un trabajo en una de las empresas con más reputación del país.
Este ritual es parte del “shukatsu”, la práctica tradicional de contratación predominante en todo Japón. Los estudiantes de tercer año dejan de ir a clase para asistir a seminarios laborales organizados por la universidad.
En su cuarto año, mandan solicitudes de empleo y se embarcan en un estructurado proceso de selección para garantizar un puesto de trabajo al terminar la carrera. No solo es esencial para las empresas y las universidades, sino que permite a muchos estudiantes asegurarse un ascenso social justo al salir de la universidad.
¿Cómo surgió?
Este sistema fue creado en 1953 por Keidanren, el lobby de negocios líder en Japón que comprende más de 1.300 corporaciones y 100 grupos industriales. El shukatsu ofrecía empleos para toda la vida a los recién graduados quienes, a su vez, brindaban seguridad y estatus a las principales empresas japonesas. Pero estas normas van a desaparecer a partir de principios de 2020.
El pasado octubre, el Keidanren anunció que iba a abolir el calendario tradicional de reclutamiento y las actuales recomendaciones de cómo las empresas deben contratar a los recién graduados.
Nerviosismo entre los jóvenes
El anuncio de que el shukatsu iba a desaparecer ha generado confusión entre los estudiantes que asumieron que sería la forma de encontrar trabajo. “La falta de un plan establecido ha hecho que se amplíen las posibilidades de los estudiantes a la hora de buscar trabajo, y eso puede producir cierta ansiedad”, dice Yuji Kadono, representante de la ONG En-courage.
“Hasta ahora los estudiantes seguían la tradición, el nuevo escenario implica que van a tener que ser más proactivos”, añade.
Los "outsiders"
Aunque las nuevas pautas de Keidanren aún no se han concretado, muchos japoneses millennials que ya han ido a contracorriente dicen que priorizar la pasión por encima de las reglas sociales puede llevar a una carrera más satisfactoria.
Gaiax, una empresa enfocada en las redes sociales, ha sido una de las empresas que ha aprovechado el no seguir las reglas de Keidanren. Esta empresa dice que atrae a aquellos que han abandonado la idea de un trabajo para toda la vida, como promueve la cultura shukatsu.
Entre el 60% y el 70% de sus empleados jóvenes dejan la empresa al cabo de unos años para empezar sus propios negocios. “No pensamos que sea algo negativo que la gente quiera cambiar de trabajo o empezar su propia empresa”, dice Nagare.
El sector tecnológico necesita habilidades transferibles, así que contratar de una forma no tradicional ha beneficiado tanto a las empresas como a los jóvenes trabajadores que buscan una forma más flexible de encontrar trabajo.
FUENTE: BBC