El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reactivó este viernes las amenazas comerciales dirigidas a China. Horas antes el Gobierno chino anunciaba nuevos aranceles a bienes estadounidenses por valor de 75 mil millones de dólares.
Trump respondió y ordenó a las empresas estadounidenses que empiecen a buscar inmediatamente alternativas a China.
"Nuestras grandes empresas estadounidenses tienen órdenes de comenzar a buscar una alternativa a China, incluida la posibilidad de traer sus compañías de vuelta a casa y elaborar su productos en Estados Unidos”, señaló en un tuit sin explicar qué mecanismo puede usar un presidente para impedir a las empresas comercializar con Pekín.
“Francamente no necesitamos a China y estaríamos mejor sin ellos”, sentenció Trump.
Sin embargo, la sugerencia de Trump podría herir de muerte a muchas empresas estadounidenses, especialmente las tecnológicas como Apple que ensamblan todo sus productos en China.
Asimismo, otras empresas son totalmente dependientes al gigante asiático; y si Trump les obliga a salir, afectaría seriamente su producción.
Tal es así que, por ejemplo, el año pasado la empresa de casinos y hoteles Wynn Resorts generó más del 70% de sus ingresos en el mercado chino gracias a sus dos complejos en Macao.
Los fabricantes de microprocesadores Qualcomm y Broadcom también se verían en una situación crítica, ya que más del 50% de su negocio se genera en China.
Otras empresas estadounidenses que producen gran parte de su negocio en China son Micron (51%), Marvell Technology (50%), Texas Instruments (44%), IPG Photonics(44%), Maxim Integrated (38%), AO Smith (35%) y Advance Micro Devices (33%).
Fuente: El Español