Está de pie, al lado de un avión destruido, rodeada de mujeres soldados ucranianas, personas que se juegan la vida todos los días en una guerra que ya va dejando más de 30 mil muertos.
Viste un sobretodo azul, una prenda, como las que componen el resto de su conjunto, confeccionada por los mejores diseñadores de su país. La foto tiene todo el estilo de las fotografías de moda, y tiene sentido: aparece en la revista Vogue y ha sido hecha por la famosa retratista de celebridades Annie Leibovitz. Parece una foto de modas.
Por eso, para mucha gente resultó chocante. Ver a Olena Zelenska, la primera dama de Ucrania, deslizarse como una modelo entre las ruinas del aeropuerto de Kíev, utilizando un espacio de horror como un fondo de fotografía, ha sido visto como una frivolidad.
Pero, por otro lado, hay un argumento poderoso: han pasado cuatro meses desde la invasión de Rusia y mientras los ucranianos siguen siendo bombardeados y su país destruido, el mundo ya está mirando hacia otro lado.
¿Está mal que Zelenska y su esposo, el presidente Volodímir Zelenski, hagan de todo, incluso ser maniquíes de una revista de moda, con tal de mantener los ojos del planeta sobre lo que sigue ocurriendo en Ucrania?
La nota de Vogue –cuya versión impresa aparecerá en octubre– es un reportaje centrado en Zelenska y en cómo vive la guerra, en su doble papel de esposa del primer mandatario ucraniano y de primera dama, cargo con el que en las últimas semanas asumió una nueva notoriedad, con el fin de atraer más apoyo de los gobiernos occidentales hacia su país.
Zelenska, por ejemplo, estuvo a mediados de julio en Washington, en donde se reunió con el presidente Joe Biden, la primera dama y el secretario de Estado. En un momento de su visita se presentó ante un grupo de congresistas de ambos partidos y, mientras les mostraba fotos de niños ucranianos asesinados por cohetes rusos, les dijo que había ido a hablarles no como funcionaria de su país, sino como madre.
“Estoy pidiendo algo que nunca habría querido pedir: pido armas. No armas que se vayan a utilizar para librar una guerra en tierra ajena, sino para proteger el propio hogar y el derecho a despertarse vivo en ese hogar”, les dijo.
La nota de Vogue relata las vidas de Zelenska y su esposo antes del gobierno: él era un cómico muy famoso en su país y ella, una guionista de comedias. Juntos fundaron una compañía que produjo durante años uno de los shows satíricos más importantes de su país.
Cuando Zelenski le dijo a su mujer que postularía a la Presidencia, ella se molestó. Sabía que su vida cambiaría por completo. Ahora, con la guerra destruyendo por dentro a su país, trata de ser un apoyo para los ciudadanos. Y no solo de tipo moral. Por ejemplo, dirige un programa para brindar ayuda emocional a las familias víctimas de los bombardeos rusos.
“Estos han sido los meses más horribles de mi vida y de la vida de todos los ucranianos”, le dijo a la reportera de Vogue. “Francamente, no creo que nadie sea consciente de cómo lo hemos manejado emocionalmente”.
Annie Leibovitz, que ha retratado a algunos de los personajes más icónicos de nuestra era, desde John Lennon a los Obama, llevó a Zelenska por diversos escenarios de la guerra. La hizo posar junto a su esposo, en un momento abrazados y en otro tomados de la mano. La llevó al bombardeado aeropuerto de Kíev. Y la fotografió en la entrada del Palacio Presidencial, junto a los sacos que sirven de muro de protección ante posibles ataques. Zelenska está perfectamente maquillada, vestida y peinada. Llena de glamour en medio de la destrucción.