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Domingo

Noel Schajris: “Me considero un gran cantante, lo digo con humildad y orgullo“

Ha llegado al país para ser coach de La voz Perú y se ha ganado el corazón de los peruanos que lo ven en las audiciones del programa y lo elogian en redes. Aquí habla de su carrera de 20 años y de las personas importantes en su vida.

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Noel Schajris se ha ganado el corazón de los peruanos luego de su participación en "La Voz Perú". Foto: La República

Noel Schajris aprendió a cantar primero antes que a escribir su apellido. La música ha sido parte de su vida desde que tiene uso de razón. La música también le enseñó que no existen géneros ni fronteras. Dice que es argentino de nacimiento, pero ‘sin bandera’ de corazón. Costa Rica le enseñó a disfrutar de la naturaleza, México le regaló la oportunidad de vivir de lo que ama, Panamá le dio a su propia familia y Perú le dio la canción que marcó su etapa como solista. “No veo la hora”, el primer sencillo de su álbum Uno no es uno, se terminó de crear cerca a una playa de Asia (Cañete), en el 2008. El nacido en el barrio porteño de Flores, llegó a nuestro país con la idea y junto a Gian Marco Zignago terminó de crear la balada que habla de la espera que se tiene que hacer para vivir una gran historia de amor. El tema se lanzó en el 2009, pero el título sigue tan vigente en su vida que hasta lo tiene estampado en su polo negro, con el que nos recibe en el Swissôtel Lima.

Nuestro país también lo convirtió en entrenador de La voz Perú. Aunque ya antes había coqueteado con el formato al ser co-coach con Luis Fonsi en Chile y Axel en Argentina, acá tuvo la oportunidad de elegir las voces que le parecen interesantes y de armar un equipo para hacerle la competencia a Christian Yaipén, Daniela Darcourt y Eva Ayllón, a quien califica como “una institución de la música” y “la Mercedes Sosa peruana”. Para muchos televidentes, Noel le ha dado nivel al concurso. Él se siente valorado por los elogios que no deja de leer en las redes y, en cada audición, no puede evitar que salga el maestro que lleva dentro; actividad que empezó a ejercer en México en 1997, antes de alcanzar la gloria, y que puso en su camino al actor Diego Boneta, a quien -sin saberlo- le dio clases de canto. “Yo me considero un gran cantante, de los mejores de Latinoamérica y lo digo con mucha humildad y orgullo”.

La mujer en su vida

Las dos personas que lo motivaron a no soltar la música fueron su abuela y su madre. La primera le regaló su primer piano, que más tarde se convertiría en el instrumento base de su vida. Ya había probado con la guitarra y el bajo, pero no le cautivaban tanto como esas 88 teclas. Con tan solo 13 años, tocaba de ocho a nueve horas al día y hasta alucinaba ser Keith Jarret, músico estadounidense con quien descubrió el jazz. La otra mujer que marcó su vida, tal vez la más importante, fue Liliana Rodríguez. Su mamá le heredó su gusto por The Beatles, Bob Dylan, Janis Joplin y Pink Floyd. Fue ella también quien se dio cuenta de su prodigiosa voz, cuando un pequeño Noel cantaba -sin tanto esfuerzo- los temas de Sting, su máximo ídolo.

De niño, Noel Schajris quiso ser astronauta y dentista, pero una vez que pisó el conservatorio de música, no quiso saber de otra profesión. La vida me dijo: “Es aquí. No le des más vuelta. No seas tonto”. Fue así que, a sus 16 años, sintió que podía dedicarse al arte el resto de su vida. Empezó a tocar en restaurantes y pizzerías los éxitos de Luis Miguel, Jon Secada y Boyz II Men; siempre acompañado de su Roland E50, teclado que le compró su madre. A la par, trabajaba en una estación de servicio. “Sé lo que es limpiar baños, nada que millones de personas no lo hayan hecho”, dice orgulloso.

Con los sueños intactos, la aprobación de su madre y con solo 600 dólares, el ganador del Grammy Latino dejó Buenos Aires para probar suerte en México. Allí tocó en la banda de un amigo, grabó jingles publicitarios, lanzó su primer disco “Cita en las nubes” y conoció a Leonel García, con quien formaría Sin Bandera en el 2000. Antes del primer disco de oro del dueto romántico y días antes del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, su madre lo dejó para siempre. “Mi vida cambió a nivel profesional, pero se había ido lo más importante. Fueron años difíciles”, recuerda apenado. A 21 años de su muerte, Noel cree que nunca podrá superar la pronta partida de su progenitora. “Siempre la voy a extrañar”.

El fin máximo

Schajris indica que su prioridad es la familia y que ser un buen padre sería su mayor logro. Engríe a sus hijos, pero trata de hacerles entender que así él pueda comprarles 20 pares de zapatillas al año, tienen que valorar si solo les da dos. Fue la enseñanza que le dejó la pandemia de la Covid-19. Ahora tampoco teme darle voz a quienes no la tienen. Le causa indignación la locura del poder y de las guerras. Le apenan los incendios que cada año arrasan miles de hectáreas en California, poniendo en peligro árboles milenarios.

En un par de días, el intérprete de “Momentos” recibirá sus 48 años de vida en Lima, donde llegó para seguir grabando La voz Perú y también para ofrecer su show acústico este 21 de julio en el teatro Canout. Como no ve la hora de abrazar a los suyos, su esposa e hijos llegarán para acompañarlo. Celebrará un nuevo cumpleaños en su mejor momento y en plena gira por sus 20 años de carrera. Estos días en soledad, acompañado del frío limeño, la inspiración no deja a Noel y nuevas composiciones siguen naciendo en este país.

Noel Schajris: “Me considero un gran cantante, lo digo con humildad y orgullo“