Argentina tuvo el pretexto más hermoso para estar de fiesta en un día laborable. La celebración de los campeones del mundo en el Monumental tuvo de todo: sonrisas, familia, lágrimas, emoción y fútbol. El partido ante Panamá fue un simple pretexto para que la ‘albiceleste’ se reencontrara con su gente luego de haber levantado la copa en Qatar.
La entonación del himno nacional en la previa del partido fue muy emotiva. No solo por el respeto mientras lo cantó el cordobés Ariel Ardit, sino porque se cantó como pocas veces. Con el alma, con lágrimas de campeones.
Uno de los más emocionados fue Emiliano Martínez, quien cerró los ojos y lagrimeó. Pero bien cerca se veía a un Messi conmovido, como saboreando cada instante de la fiesta y muy bien acompañado, ya que Antonela (su esposa), Thiago, Mateo y Ciro (sus hijos) viajaron a Argentina para acompañarlo. La noche con la que soñaba la familia Messi por fin llegó.
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El cántico de los aficionados jamás dejó de escucharse. El más ovacionado fue la ‘Pulga’, que demostró que deseaba celebrar con una victoria ante un Panamá que salió con un equipo suplente.
El marcador se abrió en los últimos 20' del 2do tiempo tras la reacción rápida del plantel dirigido por Lionel Scaloni, pues era complicado perpetrar la valla del conjunto panameño. Foto: Selección Argentina
Era el estreno de las tres estrellas que lucen en el pecho y no decepcionaron, pues lograron vencer por 2-0 a la selección panameña con goles de Thiago Almada (78’) y Messi (89’) para desatar la algarabía de las cuatro tribunas.
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Con dicho tanto, el rosarino logró el gol 800 de su carrera: 99 con selección, 672 con Barcelona y 29 con PSG