Todo tiene un comienzo, pero la idea de un partido inaugural es que la competencia, el nivel y los ánimos de una Copa Mundial de la FIFA comiencen con pie derecho. Tristemente, esta no ha sido la regla, sino la excepción, y un triste récord lo confirma.
La Copa Mundial de la FIFA celebra partidos inaugurales desde Inglaterra 66, la cual fue también la primera edición en la que se presentó una ceremonia de inauguración.
Lastimosamente, aquella pomposa inauguración, que se celebró por primera vez en la tierra donde se inventó el fútbol moderno, daría inicio a una racha de la que hay poca motivación para recordar.
Los primeros partidos de los mundiales no serían más que largos, y a veces tediosos, encuentro de 90 minutos con casi ninguna emoción, al menos ninguna de las que se gritan a todo pulmón.
Fueron cuatro partidos, en la misma cantidad de ediciones de la Copa del Mundo consecutivas, en las que no se convirtió gol alguno. Es decir, 360 minutos o 6 horas, de pura emoción reprimida.
No fue hasta España 82 cuando el empate en un primer partido del mundial se rompería por fin, aunque apenas por un gol, pero con sorpresa incluida.
La poderosa y vigente campeona Argentina fue derrotada sorpresivamente por una Bélgica que ya contaba con algunas figuras importantes, pese a que los de La Plata también tenían lo suyo entre lo nuevo (Maradona y Díaz).
La racha volvió por desgracia en México 86, esta vez entre Italia y Bulgaria, pero con goles. Uno solo por equipo.
En Italia 1990, la cosa no mejoró. Siendo este uno de los mundiales más criticados por la falta de gol y el planteamiento defensivo de sus clasificados, se inició todo con otra sorpresa, y también a Argentina (vigente campeona otra vez). Camerún los sorprendió con gol y baile.
El récord histórico de empates en los partidos inaugurales de la FIFA. Foto: Composición LR/The Star/Wikipedia
A partir de entonces, los resultados han sido variados. Una victoria alemana frente a Bolivia en Estados Unidos, una de Brasil frente a Escocia y otra sorpresa más, la de Senegal ante Francia en 2002.
Rara vez se superó el récord de 1 o 2 goles, como máximo, en un partido inaugural desde Inglaterra 66. Afortunadamente, los partidos más abultados en goles han sido recientes: