La halterófila —deportista que practica el levantamiento de halteras o pesas— Laurel Hubbard se convertirá en la primera atleta transgénero que competirá en los Juegos Olímpicos luego de que las autoridades deportivas confirmaran este lunes 21 de junio que integrará el equipo de su país, Nueva Zelanda.
La jefa del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, Kereyn Smith, declaró a AFP que Hubbard, de 43 años, cumple con todas las condiciones para la participación de las y los atletas transgénero.
“Reconocemos que la identidad transgénero en el deporte es un tema altamente delicado y complejo que exige un equilibrio entre los derechos humanos y la ecuanimidad en el terreno”, detalló en un comunicado de prensa.
Hubbard, quien también compitió en el mismo deporte previo a su transición, fue reconocida como una atleta femenina después de haber demostrado niveles de testosterona inferiores a los autorizados por el Comité Olímpico Internacional (COI).
Esta decisión ha causado una serie de comentarios positivos, así como reacciones transfóbicas: mientras sus críticos aseguran que tiene una ventaja que puede resultar injusta para las otras competidoras, hay quienes la respaldan abogando por una mayor inclusión en la cita olímpica.
La neozelandesa competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio en la categoría de más de 87 kg, en la que ocupa el 16º puesto mundial. Hubbard ha estado fuera de la competición durante mucho tiempo tras haber sufrido una lesión en el codo en los Juegos de la Commonwealth en 2018.
“Estoy agradecida y honrada por la amabilidad y el apoyo que me han brindado tantos neozelandeses”, dijo la halterófila en el comunicado del COI.