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Juegos Parapanamericanos: A Rosbil Guillén le late un corazón de oro

Inspirador. Rosbil Guillén nunca se dio por vencido, ni cuando perdió la visión o cuando tuvo que abandonar todo para ir a Huancayo e iniciar su preparación para Lima 2019, donde ganó en los 1.500 metros que lo clasificó a los Paralímpicos Tokio 2020.

Por: Jesús Yupanqui

Rosbil decidió luchar por sus sueños a pesar de los problemas. Nunca se detuvo, siempre fue hacia adelante. Sus amigos le dicen ‘Maravilla’, porque puede conseguir todo lo que se propone. La medalla de oro que conquistó en Lima 2019 solo es el comienzo, aún quedan varios peldaños para llegar a la cima. Con una tímida sonrisa, confiesa que por su cabeza no pasó la idea de participar en estos Juegos Parapanamericanos, pero las cosas se dieron y él decidió afrontar este reto.

Las estadísticas nos dicen que tuvieron que pasar 12 años para que un paradeportista peruano vuelva a ganar una presea parapanamericana de oro. Otro motivo para seguir sonriendo, Rosbil, otra razón más para seguir corriendo y no detenerte. En enero del presente año tuvo que dejar todo lo que había construido en Lima para viajar a Huancayo e iniciar su preparación con Sunil Serna, entrenador del paralímpico Efraín Sotacuro.

Cuando llegó a la ‘Incontrastable’ no tenía un cuarto dónde vivir, no conocía a nadie, estaba en una ciudad nueva. Pero el anhelo de conseguir una hazaña y el apoyo de su familia fueron el impulso que no le permitió decaer. Pese a todo, Huancayo solo sería un paso más en su aventura. Rosbil nació en Huancavelica, pero desde niño se mudó a Ica para vivir con sus hermanos. Con el pasar de los años, viajó a Ayacucho para trabajar en la minería informal. En el 2010, mientras realizaba sus labores, una explosión le hizo perder la vista de manera total.

Tuvo que volver a Ica a buscar una solución, pero las respuestas que recibía no eran alentadoras. Todo estaba cuesta arriba. Es precisamente en ese momento que decidió aceptar su discapacidad visual y viajó a Lima para aprender braille. En su estadía en la capital, Rosbil cumplió con su terapia y empezó a practicar fútbol 5.

Todo estaba yendo bien, como lo planificó e incluso mejor. Como jugador de fútbol 5 ganó la décima edición de la Copa Primavera Trujillo que se desarrolló en Ica. Como un golpe del destino, una periostitis tibial causada por el sobrepeso lo obligó a alejarse de las canchas.

Su lesión fue mejorando rápidamente, su vuelta a las canchas era eminente. Sin embargo, en una de sus terapias de rehabilitación, los fisioterapeutas le dijeron que debería escoger entre correr o jugar fútbol, no podía hacer las dos cosas. “Sentía que más oportunidades tenía corriendo y me incliné por esto”.

Un sueño hecho realidad

Lima 2019 fue su primera competencia como paradeportista. Gracias a la medalla de oro que conquistó en los Juegos Parapanamericanos, Rosbil consiguió la clasificación a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 y al Mundial de Paraatletismo de Dubái 2019. “Alguna vez soñé ganando una medalla y se dio. Trabajamos mucho para recuperar la medalla que perdimos en los 5.000 -quedó primero pero fue descalificado-, aunque no lo considero una revancha. Entrar al paradeporte fue una decisión difícil, no me imaginaba estar en esto hace dos años. No era mi objetivo, pero de pronto empecé a mejorar los tiempos y fui avanzando hasta llegar a un buen nivel”.

Rosbil no se conforma, él quiere seguir cosechando títulos y logros para desatar una ovación de aplausos. Ahora buscará conseguir el tiempo necesario para clasificar a los Juegos Paralímpicos en paraatletismo en 5.000 metros y maratón. Como un ganador, no se detiene. Con la bandera peruana entre sus brazos, Rosbil sigue avanzando. “Quiero lograr cosas importantes por mi Perú”, repite con firmeza. Solo nos queda seguir apoyando y brindarle nuestro aliento, él nos demostró que no tiene límites y su amor por el Perú es incalculable.

Las cifras

- 7 de noviembre empiezan los juegos mundiales de paraatletismo en Dubái.

- 4:23.88 fue el tiempo que hizo para ganar el oro en los 1.500 metros.