Las curitas, también llamadas banditas o tiras adhesivas, suelen venir en varios colores y diseños, y sirven para proteger las heridas de bacterias y polvo. Este instrumento de curación es una de las primeras opciones que las personas usan; no obstante, sin saberlo podrían, estar cometiendo un grave error, que solo dificultará la curación de la lesión.
El tipo de herida o el padecer de ciertas enfermedades complicará el uso de curitas. Por ello, aquí explicamos en qué casos no es recomendable usarlas y por qué lo mejor es acudir a un médico.
¿En qué tipo de heridas no se debe usar curita?
Según diversos portales especializados en temas de salud, en estos casos no se debe usar una curita para sanar una herida.
- La herida sangra demasiado: si a pesar de aplicar presión y usar una curita no deja de sangrar la herida, lo ideal es acudir al médico, no cambiar la curita.
- La persona sufre de diabetes: las personas que sufren esta enfermedad tienen un proceso difícil de cicatrización, por lo que no deben tomar las heridas a la ligera. Después de brindar primeros auxilios, se debe recurrir a un doctor.
- La herida es muy grande: cuando el corte supera el centímetro de largo o es muy profundo, una curita no ayudará. Además, si se encuentra en zonas como la barbilla, cejas o cuero cabelludo, lo ideal es acudir al médico, ya que es posible que se necesiten puntos de sutura.
- Producto de una mordedura: sin importar el tamaño de la herida, debes ir al médico, puesto que la saliva del animal contiene bacterias que pueden generar una infección.
- La herida muestra señales de infección: ya sea porque no se desinfectó la herida o te olvidaste de cambiar la curita, si la herida empieza a verse hinchada, roja, caliente o supura, debes dejar de ponerte curitas y acudir a un especialista.
La curita no se debe emplear en todas las heridas. Foto: Mercado Libre